Lo han vuelto a hacer

“Lo volveremos a hacer”, gritaban los dirigentes independentistas en cada una de sus salidas de la cárcel, o en los mítines de campaña, y la verdad es que tenían razón. Han sacado mayoría absoluta de diputados en estas elecciones del día de San Valentín. Ya sé que el mensaje de los indepes se refería a algo más grave que ganar en escaños en las urnas, pero hoy no toca - que diría Pujol- echar más leña al fuego sino alegrarse de que todas las disputas políticas se resuelvan votando y no a base golpes…de estado. Es más inteligente y sobre todo más tranquilizador.

Esta vez ha ganado Illa, pero no podrá formar gobierno. Para Sánchez no es una buena noticia, aunque no tampoco se ha equivocado esta vez con el candidato y hasta con la estrategia, porque lo mejor que le ha pasado es la hecatombe del PP y Ciudadanos. Se han pegado un sopapo político monumental en la Dolça Catalunya que convertirían en eterna Jacint Verdaguer y Amadeo Vives en una de las mas hermosas canciones que cantamos los catalanes.

Vox ha pegado un subidón, y los populares y Ciudadanos el mayor fracaso electoral de su historia. Y con esas prendas más el cartel de haber ganado en votos en Catalunya, al Jefe de la Moncloa le ha tocado el cuponazo para lo que resta de legislatura. Porque a esa milonga hay que añadirle en la lectura electoral de la jornada del 14 de febrero algun dato tan significativo como que los comunes, con los votos que han sacado en Barcelona, tienen serias dificultades para conseguir evitar que un candidato normal que escoja Illa no vuelva, en un futuro próximo, a sentar sus republicanas posaderas en el sillón de Ada Colau en el Ayuntamiento barcelonés. Al tiempo.

Y ahora, ¿quién es capaz de formar gobierno? ¿Illa, Aragonés o Puigdemont? O, como se supone ¿acudiremos los catalanes a las urnas en octubre? No adelantemos acontecimientos que la cosa no está ahora mismo para pactos, sino para sentarse y hablar de la pandemia y sobre todo de las malditas vacunas que no acaban de llegar y que son imprescindibles para seguir viviendo, y sobre todo teniendo un futuro común.

Sobre la ley de Hont ya no les voy a hablar porque, por lo que parece no le interesa a los diputados del PSOE, tampoco a los del PP, por supuesto a los de Izquierda Unida y no digamos a los de Ciudadanos, que siguen dejando en manos nacionalistas miles de votos que con un simple cambio en la actual ley electoral podría reportarles mayorías estables en elecciones como en la de Catalunya, donde mayorías de votos no son escaños porque los votos no son de la misma calidad en Barcelona o en Lleida por poner un ejemplo, y por poner otro en Vizcaya o en Álava. En fin, que los independentistas “lo han vuelto a hacer” como prometieron y todo porque sociatas y populares siguen en el limbo. ¿Hasta cuándo?