Las hadas suelen ser personajes especiales, mágicos, representados por mujeres capaces de conceder los deseos y la protección a los niños y a todos aquellos que creen en ellas. Son mujeres bellas, caritativas, inteligentes y llenas de magia que se dedican a cumplir deseos. Todas ellas son bondad, pureza y amor hacia los humanos. Las hadas, personajes de la mitología, llenan de ilusión y fantasía el mundo de la infancia y los mayores con espíritu de niño.
Núria de Gispert, la expresidenta del Parlament de Catalunya, que de pequeña soñaba con ser un hada "porque siempre pensaba en cómo conseguir cosas que no eran posibles", manifestaba en una entrevista en 'El País', con foto incluida disfrazada de ese personaje mágico, pero se ha transformado en una bruja mala, de esas que todos detectan por sus acciones.
En los últimos años, la ira de la "malvada" ha recaído, vía Twitter, en unas cuantas personas que no piensan como ella, insultándolas, y hasta les ha llamados cerdos. Su adhesión inquebrantable al independentismo, después de su paso por el partido democratacristiano de Unión y ser una persona de misa, ha sido premiada con la ya devaluada, por desgracia, Creu de Sant Jordi, galardón que otorga la Generalitat de Catalunya a aquellas personas o entidades que "por sus méritos, hayan prestado servicios destacados a Catalunya en la defensa de su identidad especialmente en el plano cívico y cultural". Como se puede apreciar, el civismo, la mala ecuación y la xenofobia son las características de Nuria de Gispert, la primera mujer presidenta del Parlament de Catalunya, cuyo trabajo dejó mucho que desear, por su falta de conocimientos y de imparcialidad.
La Trinca, uno de los grupos humorísticos musicales retirados de los escenarios hace ya bastantes años, de buenos recuerdos para mucha gente de España hasta que uno de sus componentes, Josep Maria Mainat, en sus ratos libres se dedica a insultar a los españoles y a todas aquellas personas que no comulgan con sus ideas independentistas, también ha sido agraciada con la cruz. Precisamente ahora que el activista Mainat está dando mucho juego a la causa y a sus amigos de la Generalitat. ¿Se merece la Trinca una Creu de Sant Jordi? Claro que sí, pero no ahora, sino cuando estaba en activo, porque en este momento la concesión del galardón tiene un cierto tufillo, para desgracia del resto de los componentes del trío humorista.
La concesión de las Creus a estos dos personajes, lo que hace, por desgracia, es desprestigiar a los galardones que deberían ser un ejemplo de equidad, transparencia y sentido de país, pero se ha transformado en un premio para los amigos que dejan en muy mal lugar a la Generalitat de Catalunya y lleva a pensar que el gobierno catalán, como se está viendo por activa y por pasiva, solo está para representar y premiar a sus amigos del alma.
En esta edición de las Creus de Sant Jordi, dos personajes que generan repelús, la bruja mala y Gargamel, han protagonizado una edición que pasará a la historia por la falta de objetividad y el partidismo de un gobierno que premia a unos personajes que representan todo lo contrario de los objetivos del galardón.
Escribe tu comentario