El acusado de matar a su pareja y dejarla en una cuneta de Castelldefels culpa a una red de proxenetas
El hombre, que huyó a Nueva York al día siguiente, asegura ante el juzgado popular que un grupo de colombianos secuestraron a la mujer y lo extorsionaron.
El hombre acusado de matar a su ex pareja en 1997 en Barcelona y abandonar el cuerpo cerca de la autovía de Castelldefels ha negado los hechos este martes ante un jurado popular, asegurando que unos proxenetas y extorsionadores de origen colombiano secuestraron a la mujer la misma noche de la desaparición.
El hombre ha explicado ante el juez que los asaltaron en plena Via Laietana con navajas, se llevaron la mujer en pie, le hicieron un corte en la mano a él y luego lo amenazaron de muerte por teléfono.
Asegura que el hecho de que al día siguiente comprara un billete de avión a Nueva York, donde había vivido, para no volver nunca más es fruto de esa amenaza.
Pese a su huída, en 2017 fue arrestado y extraditado, y ahora se enfrenta a 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento.
Según la Discalía, Rafael A.B., nacido en la República Dominicana hace 45 años y con nacionalidad española, mantuvo durante unos seis meses de 1997 una relación sentimental con la víctima. La mujer, de origen colombiano, decidió cortar en verano de ese año, pero el acusado no aceptaba la decisión y la "sometía a un acoso constante", hasta amenazarla de muerte con un arma de fuego. El 5 de octubre de 1997, hacia las 9 de la noche, el hombre se dirigió al edificio donde vivía la víctima, en Barcelona. Una vez en la puerta del edificio, llamó al interfono y con el "pretexto" de entregarle a la mujer unas pertenencias, logró que bajara al portal. Allí inicialmente mantuvieron una conversación que derivó en una fuerte discusión. A continuación, sin que conste la forma en que lo hizo, el hombre consiguió trasladar a la mujer una zona desconocida donde la atacó utilizando un instrumento "incisivo punzante" y le causó numerosas heridas, principalmente en el cráneo, en el ojo izquierdo, el cuello, la espalda y el pecho, que provocaron de la muerte mujer.
La acusación pública afirma que el acusado actuó con la intención de matar a la mujer, que no tuvo oportunidad de defensa eficaz porque el ataque fue inesperado y no tenía medios para reaccionar ante objetos contundentes utilizados por una persona físicamente más fuerte. Además, el acusado le habría causado un gran sufrimiento y dolor, sobre todo por la lesión en el ojo, y muchas de las heridas eran innecesarias para causarle la muerte.
El cuerpo fue localizado el 6 de mayo de 1998, siete meses después, en estado esqueletizado, en una zona de vegetación cercana a la autovía de Castelldefels, cerca del kilómetro 11 en sentido a la ciudad del Baix Llobregat. La mujer tenía 31 años, por 24 de el agresor, y vivía con sus dos hijos menores de edad, de 9 y 5 años. También vivía con sus padres y una hermana.
Al día siguiente de los hechos, el hombre voló hasta Nueva York, donde residía de forma clandestina y con documentación falsa. A mediados de 2016 se reactivó la investigación ante el riesgo de prescripción, y se le pudo detener el 8 de junio de 2017 con la colaboración del FBI, sólo cuatro meses antes de que prescriba el delito, y fue extraditado y encarcelado un mes después.
Por todo ello, la fiscalía le pide 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, además de cinco años de alejamiento respecto a los familiares de la víctima, a quien deberá pagar 660.000 a los hijos, madre y seis hermanos de la mujer. En el juicio están citados como testigos, entre otros, un detective privado contratado por la familia para localizar la víctima, un dentista que trató la mujer y ayudó a identificar el cadáver por un tratamiento que le había hecho, un amigo que conocía la relación entre víctima y agresor, los encargados del local donde trabajaba la mujer, la madre y la tía del acusado, una compañera de trabajo del acusado, así como parientes de la víctima. La acusación también cuenta con conversaciones grabadas.
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