Trabajadores de Federal Mogul de El Prat denuncian sufrir problemas de angustia provocada por el amianto

El 1 de octubre empezó el primer juicio del Estado por trastornos de angustia derivados del amianto. El Juzgado Social número 2 de Barcelona ha tramitado la petición de un grupo de trabajadores de Federal Mogul, la antigua e histórica Honeywell de El Prat de Llobregat, que han trabajado expuestos al amianto, para que se reconozca como enfermedad profesional los trastornos de angustia que sufren muchas de las personas que han vivido esta situación.

El abogado del Col·lectiu Ronda que lleva la causa, Álex Tisminetzky, ha subrayado a este diario que los trabajadores llevan entre 15 y 20 sentencias ganadas en las que la justicia responsabiliza a la empresa de la exposición del amianto de sus trabajadores cuando la empresa del grupo Judic Iberica S.A. De hecho, se ha demostrado la muerte de un trabajador y la enfermedad de otras debido a la exposición al amianto cuando la empresa se llamaba Honeyell.

Ahora, los trabajadores que no se han visto afectados, igualmente, han de pasar controles médicos rutinarios para ver cómo evolucionan. El problema, por eso, es que estos empleados de Federal Mogul dicen sentir "miedo, angustia, zozobra" cada vez que tienen que someterse a estos exámenes médicos. Sienten la posibilidad de que, al haber estado expuestos al amianto, en cualquier momento pueden ser diagnosticados de alguna enfermedad producida por el fibrocemento.

"El miedo no desaparece nunca -afirma uno de los demandantes- pero el peor momento es el de la revisión anual. Esperar el resultado y saber que, si todo va bien, al menos tenemos un año más de tregua. Y menos mal que nosotros estamos sometidos a estos controles de salud, la mayoría de personas que han estado expuestas al amianto no se benefician de estas revisiones médicas y aún hoy no saben el riesgo que han sufrido o desconocen los efectos del amianto sobre la salud. Pero es hace difícil explicar cómo de angustiosa es saber que al menos hasta el año 2040 no podemos estar seguros de no llevar a nuestros pulmones una sentencia de muerte".

"La angustia es un problema de salud con efectos constatables sobre nuestro bienestar y la integridad física del organismo", explica el abogado del Colectivo Ronda que asesora a los demandantes, que considera "perfectamente exigible que se hagan cargo de indemnizar estas personas por el sufrimiento de una vida entera de angustia" debido a que la empresa, en su día, y tal y como demuestran distintas sentencias no tomó las medidas de seguridad necesarias para protegerles de los efectos del amianto. 

Asimismo, el abogado subraya que "aquellas personas que han desarrollado episodios de depresión y crisis de ansiedad graves por este sufrimiento, deberían ver reconocidas sus afectaciones psicológicas con el mismo trato que se da a cualquier patología de origen laboral".

El Col·lectiu Ronda señala que la evidencia del reiterado incumplimiento de la obligación por parte de Honeywell de adoptar las pertinentes medidas de prevención "contribuye de forma plenamente comprensible a acentuar la angustia de los trabajadores que aún no han enfermado pero pueden hacerlo a corto, medio o largo plazo". Y es que las enfermedades vinculadas a la exposición al amianto presentan largos periodos de latencia, habitualmente de entre 20 y 40 años. Siendo así, para miles que estuvieron en contacto con el amianto tanto a las históricas instalaciones de la empresa en El Prat de Llobregat como, posteriormente, en la Zona Franca de Barcelona, la larga latencia de las enfermedades supone vivir con la angustia permanente de saber que en cualquier momento podrían empezar a desarrollar una patología mortal.

Tisminetzky ha informado a este diario que aún no hay una sentencia, pero que el juicio se ha celebrado, las partes han declarado y están convencidos de las posibilidades de ganar este nuevo caso, por mucho que sea un proceso largo.