Un país soberano engrandece su historia cuando se ve amenazado y sus dirigentes asumen sus responsabilidades ante sus ciudadanos. Eso ha pasado en las últimas horas con el coronavirus y las decisiones del Gobierno italiano que, viendo lo que pasaba en el norte más industrial de su territorio, ha tirado por la vía del medio y ha cogido, como decimos aquí, toro por los cuernos.
A nosotros, con otras frases más suaves y prudentes, no nos va a quedar otra que tirarnos a la piscina aunque esté completamente helada. Ya hemos comenzado cerrando los colegios de Madrid y sacando a la gente de la calle en Haro. Comenzar por cerrar el Nou Camp y jugar a puerta cerrada demostraría que en Catalunya jugamos en otra liga cuando se habla de salud y seguridad ciudadana. El Barça debe tomar la iniciativa, ahora que va líder en LaLiga y se juega la clasificación en la Champions, porque de esta forma el resto del fútbol, con Tebas o sin Tebas, le seguirá porque con una cosa así da ejemplo de liderazgo.
El Ayuntamiento de Barcelona poco tendrá que oponer ya que el teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, está en cuarentena --se supone que porque sale y trabaja con la gente, que es lo que se espera de un buen político. Le deseamos que se recupere en 14 días y que vuelva a seguir trabajando duro porque es un buen político, aunque todavía no haya convencido a los electores engañados por una Alcaldesa actriz que solo finge y promete lo que luego no cumple... que se lo digan a los restauradores o a las personas a las que prometió una vivienda digna y todavía esperan. Todo llegará.
Pero volviendo a Italia, donde nadie se explica el porqué de tantos casos de infección en su territorio, hay que pensar que en la reunión en streaming del resto de los mandatarios europeos donde se va a hablar con contundencia del tema italiano, y luego del francés, del alemán o del español, que vienen a continuación. Europa camina hacia una pandemia aun mayor y es imprescindible que todos sus gobiernos adopten una política común que nos salve de una tragedia cierta, no solo en lo económico sino, sobre todo, en el tratamiento y cura del coronavirus.
Esto es Europa y Bruselas se juega su credibilidad política ante todas las europeas y europeos. ¿Para qué recauda tantos impuestos, si en una situación como ésta sus mandatarios se encogen y no dicen nada... absolutamente nada? Vamos, Señores de la Comisión, que ya toca.
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