Dice un proverbio suizo que “Las palabras son enanos, los ejemplos son gigantes”. Esto viene a cuenta con la increíble historia que estamos viviendo la ciudadanía cuando, el vicepresidente Pablo Iglesias, en su afán de protagonismo político, aparece en rueda de prensa, explicando las políticas sociales que va a aplicar su área. Se trataba de marcar territorio y de paso enmendarle la plana al mismísimo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, como si él fuera más allá del gobierno del que forma parte. No se quedó ahí, sino que afirmó que esas medidas las iba a llevar a cabo con la “colaboración” de otros ministerios. Podía haber utilizado la palabra “conjuntamente”, pero claro, é siempre tiene que ser más osado y más conseguidor que el propio Pedro Sánchez.
Lo grave de la comparecencia del vicepresidente Iglesia es que, una vez más, se ha vuelto a saltar el confinamiento que debería estar cumpliendo para ser coherente entre lo que dice y lo que hace. Claro que Iglesias es como la plastilina, se moldea á su antojo. Pide a la ciudadanía que se quede en casa, que colabore para no expandir el coronavirus, y él se la salta. Es la actitud del que se cree intocable e imprescindible. ¿Es serio, coherente y responsable?, la respuesta es rotunda, no. Los primeros que deben dar ejemplo son los cargos públicos, sino es así, ¿qué les puede pedir a la ciudadanía?. Es un juego muy peligroso, marrullero y toma a las personas por tontas. Los ejemplos son el antídoto de las palabras, que no lo olviden.
Las personas están lo suficientemente asustadas, con o sin razón ante la posibilidad de contraer el dichoso virus, pide pruebas que les liberen de esa angustia que muchas tienen. Todo son dificultades, no todos tienen acceso a ellas, pero por otro lado la gente ve con incredulidad como hay políticos, caso de la presidenta de la comunidad de Madrid a los que les han hecho dos veces las pruebas, dicho por ella misma. Hay muchos otros ejemplos de políticos en activo o retirados “agraciados”tamabién con esa práctica. Lo mismo que los ingresos en hospitales por coronavirus, mientras la campaña “quédate en casa”, se hace a diario para no colapsar los centros sanitarios. Siempre el término medio es sinónimo de justicia. En este caso de pandemia, debería ser así. Todos los ciudadanos/as tienen los mismos derechos, según la Constitución Española, otra cosa es la aplicación de esos derechos. Ejemplos sí, palabras engañosas no, que dirían muchos de los afectados.
Otro de los dilemas que se están visualizando es el que ya se está aplicando, es el “cribaje” de enfermos, a la hora de priorizar los ingresos: se favorece a los más jóvenes en detrimento de los mayores ante la falta de recursos de todo tipo. Es un tema preocupante al que no hay que dejar de lado. No se quién dijo que a un país se le mide por como trata a sus mayores y a sus niños.
Una recomendación, que Pablo Iglesias se quede en su casa, en cuarentena, como el resto de ciudadanos, que los políticos den ejemplo, y que las palabras aunque solo quedan en los archivos de los medios de comunicación ,lo que no se olvida son los malos ejemplos.
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