Dicen que la historia es cíclica y hay situaciones, actos y errores que se repiten a lo largo de la historia de la humanidad. Está demostrado que es así.
Los medios de comunicación y sus principales hacedores, los periodistas están sufriendo en los últimos tiempos ataques continuos que amenazan la libertad de expresión y que ponen en riesgo la democracia. Si se mata al mensajero incomodo, se elimina de paso la información y esta se transforma en propaganda ,pura y dura, que controla ya sabemos quién. ¿Es propio de gobiernos que se dicen demócratas?, no. La excusa son las "fake news", pero se olvidan de explicar que las leyes actuales ya disponen de herramientas suficientes para atajar el “problema” y los jueces así lo han manifestado antes, ahora y lo seguirán manifestando. No hacen falta leyes mordazas, ni leyes nuevas con el único fin de acallar las voces críticas, tan necesarias en la sociedad.
Algunos políticos populistas, asesores con grandes sueldos, e iluminados se habrán leído el libro “Los Protocolos de los Sabios de Sion” y se les habrá encendido las luces, claro que, en este caso, han sustituido a los judíos por los periodistas a los que culpan de una serie de males y de conspiraciones mundiales. Lo que se han olvidado, o da igual es que los Sabios de Sion no existieron, que es una obra para culpar a los judíos de todos los males cuyo autor fue "el santón" y escritor ruso Nilus Sergei quien impresionó al mismísimo zar, Nicolás con esta obra que incluye los Protocolos como apéndice de su libro “El Advenimiento del Anticristo y el Dominio de Satán" en la Tierra. Todo un tratado que dice mucho de su autor, ¿sustituto de Rasputín?.
Este domingo, en su comparecencia habitual del equipo especial del coronavirus, el general José Manuel Santiago, a una pregunta de un periodista sobre los bulos, afirmaba “que trabajaban para minimizar el clima contrario a la gestión de la crisis por parte del gobierno”. ¿Ha sido un lapsus del general?, ¿o lo ha hecho conscientemente para que se conozca la posible orden recibida?. Sea de una manera u otra, esta respuesta no ha pasado desapercibida. Tanto la oposición como las asociaciones de guardias civiles han salido al quite: unas han disculpando al general y han dicho que ha sido un error de comunicación y ha defendido que la Benemérita vela “por derechos de todos los ciudadanos, incluida la libertad de expresión”, mientras otros solicitan su cese inmediato.
El gobierno por boca de los ministros Marlasca y Robles afirma que son unas declaraciones erróneas y que el ejecutivo defiende la libertad de expresión. Una desautorización en toda regla. ¿Supondrá eso que el general dejará de estar presente en las ruedas de prensa, como antídoto de los posibles errores de comunicación? .Habrá que verlo. Claro que el general tiene un currículum excelente y será muy difícil justificar su ausencia.
Con este panorama, bueno sería que las instituciones sean más diligentes a la hora de expresarse y cuidar más las ruedas de prensa, que cada día son más restrictivas las intervenciones de los periodistas. Y mientras algunos colegios de periodistas están muy callados. ¿Por qué será, compañeros?.
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