Sigue la pandemia y con ella, el apogeo de la incompetencia política en nuestro pobre país y sobre todo, las ganas de la gente de volver a gozar de su libertad individual y familiar. Al virus no lo curan las actuales medicinas que lo combaten, y los laboratorios, tan poderosos y multimillonarios, todavía no han dado con la tecla que nos devuelva a la normalidad social con vacunas maravillosas que llenarán sus cuentas corrientes con el hambre de las personas.
Nos queda mucho que aprender como ciudadanos en cuanto a orden, solidaridad y sobre todo disciplina social, pero, lo cierto, es que quienes nos dirigen son bastante peores en capacidad de acuerdo y decisiones acertadas que quienes tienen la desgracia de ser simples ciudadanos. Se nota demasiado que esta generación de políticos es muy incompetente y que ya estamos casi todos hasta arriba de tanto encierro y tanto ir y venir por el Congreso y los estudios de televisión de los líderes, prácticamente para nada.
Y en medio de esta marabunta, dimite el Presidente del Barça que se va acusando a los mandos de la Generalitat de irresponsables porque no le han dejado hacer unas votaciones, como Dios manda, por quince días de calendario previo .Seguramente, los que han urdido este golpe de mano a la Presidencia del Barça, saben que de votar así ganaría Bertomeu ya que sus opositores se esconden en los zulos independentistas y son muchos menos, pero más aguerridos y letales. Para ellos el Club blaugrana es “efectivamente” més que un club en su lucha por la independencia. Vamos, es la joya de la corona o si lo prefieren de la presidencia de la República de sus reivindicaciones políticas contra el Estado que suelta al Comisario Trapero engañándose judicialmente a sí mismo, y va a permitir, a partir de ahora, pancartas y aquelarres con lazo amarillo en el Nou Camp mientras en la Federación y en la Liga Profesional se tocan los roscos de satisfacción hasta que el futbol profesional entre en ruina total.
Bartomeu se equivocó cuando dejó a los jugadores subírsele a las barbas, escogiendo además técnicos endebles y acostumbraditos. El Messi que conocimos nos metió en casa a todos sus amigos a costes impagables, que le cantaban el agua y gastan los fondos que con tanto trabajo recaudaban para el club sus ejecutivos más brillantes. Y ahora hemos tocado fondo, un lugar en el que la memoria colectiva solo quiere recordar las malas decisiones de su Presidente y no por ejemplo, que Ronaldinho era tan bueno como Messi o casi, pero que supo salir del club sin armar la que ha armado el argentino y “su hermano uruguayo” con el único fin de hundir más la nave a ver si el capitán de la misma presentaba la dimisión.
Lo ha conseguido, felicidades, ¿Y ahora qué? ¿Te cambiarás el avión privado para que papá y tus colegas puedan cruzar el Atlántico más deprisa, o tal vez volverás a ser el de antes y podremos ganarle al actual Bayern que sin tener ningún Messi o Suarez en su once, es el equipo más sólido y fiable del mundo, sin tantos líos ni escenificaciones de salón? Has sido el mejor jugador del mundo, no hay quien lo dude, pero ahora mismo, Lionel ¿puedes asegurarnos que eres, no ya el mejor delantero de Europa sino, tan solo el de la Liga Española? No lo creo.
Adeu Bertomeu, adeu y como tú has dicho al irte, puesto que el próximo Presidente del Barça ya está elegido desde hace tiempo por los políticos que nos mandan en Catalunya, y por tanto, lo de los votaciones va a ser un paripé, y no me importaría equivocarme, Solo nos queda decir lo mismo, la frase de rigor, con que cerraste tu círculo blaugrana: Visca el Barça y Visca Catalunya y que todo nos vaya bien a partir de ahora. Tiene gracia para los que apoyamos a Núñez cuando quiso ser Presidente por primera vez, en contra de los que entonces y ahora piensan que el Club solo es suyo, que en estos momentos tan difíciles, el hombre que va a presidir la Gestora sea uno de los jóvenes talentos que ese gran Presidente incorporó al Barça. Si la dejamos y aprendemos ¡qué lecciones da la vida!
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