Àngels Ponsa: "Somos de los pocos países que ha tenido la cultura abierta en pandemia"

Han sido 150 días al frente de la consejería de Cultura, tras el relevo que el presidente Torra efectuó a principios de septiembre, sustituyendo a Mariàngela Villalonga. Con todo, Àngels Ponsa ya conocía el terreno porque era, hasta entonces, directora general de Creación, Acción Territorial y Bibliotecas. Esto le ha permitido seguir con las líneas trazadas de las antecesoras Vilallonga y Laura Borràs. A pesar de la situación compleja de relevos constantes, la actual consejera asegura que dejará todas las carpetas bien preparadas para la persona que la suceda al frente de Cultura y que, desde la consejería de Cultura, se trabaja también como si tuvieran que seguir, con la vista puesta en Sant Jordi y con el ciclo de actividades culturales del verano para empezar la nueva realidad cultural.

La consejera de cultura, Àngels Ponsa / @AMIC

¿Qué se puede hacer en 150 días al frente de una consejería, hay margen de trabajo?

Sí, rotundamente. La suerte es que la mayoría del equipo ya estábamos aquí. Teníamos perfectamente diagnosticadas las debilidades. Estábamos en medio de la pandemia, ya sabíamos donde teníamos que actuar. Hemos dedicado todas nuestras fuerzas, estando muy junto al sector. Hemos trabajado, aunque hay mucha de esta que no se ve porque la pandemia nos arrastra.

Desde 2016 ha habido 5 consejeros de cultura, ¿esto tiene inconvenientes?

Yo he tenido la suerte de trabajar con casi todos ellos. Con el consejero Mascarell, yo era la portavoz de cultura en el Parlamento, a la comisión de cultura. Con Lluís Puig, ya habíamos trabajado antes. Con Laura Borràs también, que me llamó directora general. Creo que hemos podido coger lo mejor de cada etapa. El equipo tiene bastante continuidad, da sentido al trabajo y ayuda a la detección de problemas.

El paso de la dirección general de una de las áreas al conjunto de la consejería, ¿qué reflexiones te ha aportado?

En la consejería tienes toda la fotografía panorámica de todas las direcciones generales. Las cosas se hacen siempre con alianzas, se hacen siempre conjuntamente. Un solo quizás más rápido pero demasiado lejos no llega. Otra cosa es tener la responsabilidad de liderar todo esto. Es una manera de compartir la radiografía y de repartir la responsabilidad. Y implicarte hasta arriba.

Si tuvieras que resumir los principales ítems de este mandato, ¿qué destacarías de lo que ha podido hacer?

Hemos unificado el sistema público de lectura, de modo que tengamos un carné de biblioteca que sirva para cualquier biblioteca del país. Otro hito, trabajar la red de artes visuales. Hemos podido hacer la unidad de todos los centros, de la misma manera que tenemos articulado el sistema público de equipamientos escénicos y musicales. Y también para la red territorial de museos. También tenemos el proyecto de la mancomunidad cultural, un instrumento que nos sirve y que es potente.

¿Cómo ha intentado responder y estar al lado del sector la consejería de cultura, en pandemia?

Desde el primer momento, habilitando líneas de ayuda. El presupuesto comportaba proyectos nuevos para el año 2020. Desestimamos porque no tenía sentido empezar ningún proyecto nuevo en medio de una pandemia. Vimos reestructurarlo y destinamos todo el dinero a las líneas «Covid» para que no nos cayera la cultura. A partir de la reapertura, en el mes de junio, ayudamos a mantener la actividad, con los aforos. El 50% no es viable para ningún equipamiento cultural. Debe ser mínimo de un 70%. En lugar de cerrarlos y ayudarles, hemos ayudado en este 20% de diferencia. En artes visuales, hemos ayudado a través de las compras que hacemos para la colección nacional e incrementando las becas. Incluso hicimos una alianza con el Departamento de asuntos sociales, trabajo y familia para poder dar un subsidio. Desde ningún otro departamento que no sea trabajo no se pueden dar subsidios.

¿Empezáis a ver qué cosas podríais hacer para ayudar a la transformación de la cultura?

Nos apoyamos nos los médicos para ver qué podemos hacer el sector cultural. Queremos situar alrededor de Sant Jordi un disparo de salida de la recuperación cultural. A raíz del estudio de la Sala Apolo, estamos mirando cuáles serían las fórmulas: test de antígenos, test de saliva, las pruebas PCR, etc. Queremos que la cultura sea de los primeros sectores a retomar actividad. Si llega un momento en que el dinero lo tenemos que destinar a que la gente pueda demostrar que no es portadora de la Covid para poder asistir a cualquier acto cultural, es mejor ayudar en esto que no al proyecto porque no se haya podido hacer.

¿Cree que el ciclo de fiestas mayores se podrá reanudar con cierta normalidad?

Justamente la cultura popular y tradicional es la que más afectada tenemos porque es la que está cerrada desde el mes de marzo del año pasado. Este virus quiere lo contrario de lo que es la cultura popular y la cultura, en general. La cultura es contacto, interrelación, proximidad. La cultura popular ha reinventado de mil maneras. Se ha puesto a hacer las cosas a través de pantallas, y nosotros la hemos ayudado con líneas específicas. Ahora estamos trabajando en esta fase de reanudación.

¿Y los festivales de verano?

Trabajamos en la misma línea, con diversas hipótesis. El doctor Clotet nos decía que seguramente con el test de saliva, que es auto-realizable, se harán avances muy importantes. Hay que poner también en valor que somos de los pocos países que ha tenido la cultura abierta en pandemia. Si abrimos la mirada europea, en estos momentos, ellos se reflejan con nosotros. Seguramente estos estados pueden hacer frente a los cierres con mucho dinero pero ellos no querrían estar cerrados. Y no estamos peor que ellos, en datos pandémicas.