Unas elecciones que pueden cambiar el rumbo de Catalunya

Se dice que las personas se mueven a golpe de emociones a lo largo de la vida. Que estas no están exentas de contradicciones, más en los jóvenes que en las personas mayores por aquello de la experiencia que les han dado los golpes de la vida, que es una buena escuela. 

Papeletas para el 14F (EP)

Este jueves ha tenido lugar el último debate de los 9 candidatos que concurren a las elecciones catalanas, aunque hay unos cuantos más que se presentan. Al ser el último, los candidatos se emplearon a fondo, pero no en explicar las propuestas que ofrecen a sus votantes, sino en ir al cuello de sus oponentes para sacarles los errores o acusarles de cualquier cosa de la que puedan sacar rédito electoral. Una cosa quedó clara: todos estaban contra Illa por no haberse querido hacer las test del Covid deduciendo que se había vacunado y no quería que se supiera. Esa fue una excusa, otros días han sido otras. Visto lo visto, ¿Este es el tema que más importa a la ciudadanía?

Aunque todos tenían al candidato socialista como el muñeco elegido para clavar los alfileres de una sesión de vudú, este supo sortear esos alfileres que más bien parecían dardos envenenados. Lo cierto es que fue un debate lamentable: por los insultos, la crispación, las promesas de los que gobiernan y no han hecho nada y de los que quieren tocar poder para influir. No se ha visto cortesía, tolerancia, respeto ni educación. El seny se lo han dejado en su casa, unos más que otros. El debate en sí ha sido todo un espectáculo y el ejemplo de lo que no se debe hacer.

Viendo las afirmaciones de unos, incluso las firmas de los partidos independentistas, que no pactarán con el PSC para formar gobierno o votarlo, parece que va a ser imposible formar un gobierno que dé estabilidad a Catalunya. Ya se sabe que en campaña se dicen cosas que después se olvidan, pero todo parece indicar que la situación será muy complicada. Lo que puede significar que unos nuevos comicios no son descartables.

A lo largo de la campaña, los políticos han venido utilizando la retórica como arma para convencer a la ciudadanía que hay que votarlos a ellos. La utilizan como instrumento para modificar las emociones de la gente. Es decir, para emocionar y motivar al público. No se debe olvidar que el uso de la retórica ha dejado de preocupar por los contenidos que se transmiten. La era de las nuevas tecnologías facilita ese objetivo. Lo que les importa a los políticos es la utilización de estas: internet, salir en la TV y en los medios de comunicación. No importa el fondo y la forma de sus discursos, lo que importa es el objetivo de sacar más votos.

¿Cómo hacen los políticos para convencer a su auditorio? Adaptan su discurso a sus oyentes. Para ello tienen dos formas de hacerlo: presentarse como unas personas dignas, de confianza y creíble. La otra, fomentar las pasiones, apelando a los sentimientos de los que los escuchan. La disposición es determinar el lugar y el orden de los argumentos en el discurso.

Victoria Camps, en su libro ‘El gobierno de las emociones’ reflexiona sobre si la calidad de vida política de un país se mide por el miedo que hay en él. Miedo político y miedo social, Y es que el miedo es la estrategia política más fácil y la que se impone a cualquier otra. Lo hemos visto escuchado muchas veces que candidatos y partidos han anunciado las cosas malas que pueden suceder si gana tal o cual formación.

Como el miedo es una de las emociones más importantes para paralizar voluntades, hagan lo posible para no sucumbir a él y vayan a votar porque es el día en el que iguala a todas las personas. Además estas son unas elecciones que pueden cambiar el rumbo de Catalunya.