Los 100 días del acróbata Pere Aragonés

Estos días el gobierno de la Generalitat que preside el republicano Pere Aragonés ha cumplido sus 100 primeros- casi 30 de vacaciones estivales- poco más o menos que los mismos que estuvieron negociando para formar gobierno. Aragonés no es una persona carismática, ni un gran orador que pueda entusiasmar a las masas, ni es la alegría de la huerta, pero es una persona sería, rigurosa, y con los pies en el suelo. Con lo que tiene al lado - socio de gobierno y apoyo externo de la CUP poniéndole piedras en el camino - no lo está teniendo nada fácil. Cada día, cuando se levanta debe preguntarse por la que le espera esa jornada .En esta situación, nada tranquila y poco gratificante, resulta bastante complicado gobernar. Pero está claro que es un presidente mejor que su antecesor, Quim Torra, no hay comparación.

Pere Aragonès @ep

Dentro de las discrepancias con el gobierno de Pedro Sánchez, que las hay, al menos ha intentado normalizar las relaciones institucionales. Sabe que después de todo lo sucedido, y de los gestos de buena voluntad del presidente del Gobierno, las relaciones institucionales tenían que dar un giro. Así lo ha hecho, pero debe mantener también un equilibrio con su socio de gobierno JXCat y con la CUP que da soporte al govern, sin olvidar al resto de “satélites” que no quieren perder protagonismo y que le exigen declarar unilateralmente la independencia, otorgándole una representatividad que no le corresponde.

Tampoco al presidente se lo han puesto fácil los indultados del procés - la parte de Junts- que se están dedicando a realizar actos y recorridos por los medios de comunicación, con unas declaraciones que nada le benefician y lo ponen en un aprieto.

En el discurso de investidura, Aragonés manifestó su intención de aprobar un plan de choque social de unos 700 millones de euros, hasta ahora, nada se sabe, excepto los 70 millones para financiar la renta garantizada de ciudadanía. Lo mismo ocurre con la promesa de elaborar unos presupuestos que no se han hecho y que su conseller de economía ha considerado que no había tiempo y que lo harían para el 2022.

En la pandemia del covid, tampoco la suerte le ha acompañado, se ha producido situaciones complicadas, y un poco de descontrol. El cierre del ocio nocturno, los botellones - se realizan en toda España también- y los reveses del TSJC contra algunas de estas medidas han puesto en un aprieto al Ejecutivo.

La consecución, por fin, del encuentro de la Mesa negociadora que se reunirá este mes - con algunas dudas sobre los componentes de la misma- ha sido una victoria de Aragonés que mantiene una respetuosa relación con el ejecutivo español. Tanto el PSOE como ERC se necesitan, al menos hasta las próximas elecciones generales: uno para apoyar en el congreso propuestas del Gobierno, y los republicanos con toda probabilidad, si los cupaires no apoyan los presupuestos, necesitan los votos del PSC para sacarlos adelante. Los dos se necesitan y los dos, si las cosas no cambian, van a mantener los acuerdos no escritos a los que se comprometieron.

Así que, los 100 días de gobierno pueden decirse que han sido agridulces, con un President acróbata al que algunos quieren ver por el suelo…