Estos días ERC, JxCat y PSC finalmente han llegado a un acuerdo para los nombramientos en la Corporación Catalana de Mitjans de Comunicación (CCMA) y del Consell de L'Audiovisual de Catalunya (CAC). Un reparto de cargos más de cuotas de partidos que de profesionales, ¿Alguien se esperaba algo diferente? Esta que escribe no.
Pero a lo que íbamos, la nueva presidenta de la Corporación Catalana de Mitjans Audiovisual – para los que no sepan, la CCMA es un ente público que gestiona los medios de comunicación públicos de Catalunya, o mejor dicho de los que gobiernan o pactan- ha recaído, por obra y gracia de los tres partidos, en Rosa Romà, una” profunda” conocedora de los medios de comunicación, como se puede apreciar en su currículo. Es una publicista- licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas-, especializada en la transformación digital, el marketing y ha trabajado en agencias de publicidad como Ogilvy o Tandem DDB. En la actualidad era responsable de marketing en el CatSalut y presidía el Colegio de Publicistas y Relaciones Públicas. Lo que se dice trabajar en medios, mucho no lo ha hecho, pero es “especialista” en ellos. Pero eso no ha sido obvio para que los tres partidos políticos se hayan repartido los cargos proporcionalmente. Operación que no ha gustado nada a los profesionales…
Con el nombramiento de Romà, ERC se hace con el control de los medios públicos, aunque Romá había trabajado con Xavier Trías cuando este era alcalde de Barcelona. Todo un trasvase político llamado evolución ideológica.
Rosa Romá está casada con Miquel Martín Gamisans, el que fuera secretario de comunicación del Govern, a propuesta de ERC- antes había estado colaborando en CDC- y hace unos tres meses Gamisans ha sido nombrado “director de Asuntos Públicos” de ACENTO en Catalunya. La consultora fundada por el exministro José Blanco- más conocido como Pepiño- Alfonso Alonso del PP y otro socialista, Antonio Hernando, ahora trabajando en Moncloa. Una consultora transversal políticamente que quiere introducirse en Catalunya de la mano de Gamisans. ¿Sector negocio de los republicanos? Que los hay, sino que se lo pregunten a Xavier Vendrell que fue detenido por el caso Voloh, junto con su colega David Madí, que han hecho negocios en la trastienda del procés y en la delantera como “empresarios”. Cada uno de un partido diferente, pero con intereses comunes: el dinero fácil.
La presencia de Gamisans, no es fruto de la casualidad, sino de sus contactos adquiridos en sus distintas etapas ocupando cargos de responsabilidad. Es lo suficientemente hábil como para haber llevado campañas electorales -cuando era socio de una empresa de comunicación - a Nuria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma y otros alcaldes socialistas.
José Blanco, quiere entrar como asesor - ¿mediador?. en todos los campos posibles, entre ellos el agua. Varias han sido ya sus visitas a la ciudad Condal, donde pretende competir con el propio David Madi, presidente de Aguas de Catalunya, propiedad de la familia valenciana Calabuig. Los conocedores de la estrategia opinan que eso será un poco complicado por mucho Gamisans que tengan en su empresa. Madi ha intentado, sigue haciéndolo, realizar operaciones para quedarse con el sector: la penúltima fue querer hacerse con los análisis del agua para analizar la presencia del COVID en las aguas residuales de las prisiones catalanas dependientes de la Conselleria de Justicia. La jugada le salió mal y se quedó compuesto y sin contrato.
David Madi, en su afán de introducir Aigua de València en Catalunya – Aguas de Catalunya-, “montó” un consejo consultivo presidido, curiosamente, por el exlíder de ERC Joan Puigcercós, que cobraba por ese cargo 3.000 euros al mes y otros ilustres personajes cuya labor no lo hacían gratis.
Si Pepiño Blanco quiere meterse en el sector del agua - como pretende hacerlo en Galicia también- lo va a tener francamente mal, teniendo enfrente a Madí y su consejo asesor transversal políticamente. La guerra está servida, solo hace falta estar atentos a las jugadas.
Como se puede ver, no hay nada mejor que los negocios para dejar atrás las diferencias políticas: las alianzas económicas, no tienen color y ética tampoco. Lo mismo que el nombramiento de Rosa Romá para “teledirigir” los medios de comunicación públicos que se pagan con los dineros de todos, pero que controlan a su antojo unos pocos. Que manera de perder una gran oportunidad de cambiar el sistema de elección que estaban esperado no solo los profesionales, sino muchos más . Como decía el escritor Ken Follet: “Personas incompetentes, aunque leales al régimen recibirán ascensos y ocupan cargos que no podían desempeñar”.
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