¡Empezamos bien la semana! Como diría un buen amigo mío, que no decaiga la fiesta. La Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament ha servido, este lunes, de escenario para los candidatos que aspiran -no duden que saldrán, simplemente es un formulismo preceptivo- a formar y manejar el Consell Audiovisual de Catalunya (CAC). Y allí han tenido que ir para defender sus candidaturas los “elegidos” por la gracia de tres partidos: JXCat, ERC y el PSC.
JXCat ha propuesto al nuevo presidente Xevi Xirgo, hasta ahora director del Punt Avui, y entrevistador permanente de Puigdemont. Le acompaña en el arduo trabajo de mantener “la independencia” Laura Pinyol, consultora de comunicación y algo más; Miquel Miralles, presidente de la Asociación Catalana de Radio y Director de Comunicación Grupo Teletaxi desde el 1992 hasta ahora; Rosa María Molló, periodista que ha trabajado unos cuantos años en TVE tras dejar el gabinete de prensa del PSC y el último, Enric Casas, “publicista" y responsable de la comunicación del PSC, persona viscosa que ha sabido salir airosa de situaciones complicadas. Como ejemplo, la consulta de la famosa reforma de la Diagonal, que le costó el cargo al concejal y primer secretario del PSC de Barcelona, Carles Martí, y las elecciones a Jordi Hereu, mientras Casas salió con las manos limpias, como si el tema no fuera con él. Es más, cogió protagonismo al ser el enlace con la calle Nicaragua. Eso sí, se “marchó” del ayuntamiento unos meses antes de las eleccion cuando conocía las encuestas, que no eran buenas, y recaló en el Ayuntamiento de Viladecans, donde gobierna su amigo Carles Ruiz. ¿Qué formación tiene Casas? Dice que publicista. De la publicidad y su distribución sabe mucho.
En sus intervenciones, los elegidos por sus méritos -algunos los tienen, otros tengo serias dudas- han dicho lo siguiente: el nuevo presidente, el “independiente” Xirgo, ha reconocido los peajes a los que debe hacer frente, pero afirma - no lo creo- que podrá ir más allá de los tres partidos que lo han propuesto. Rosa Maria Molló, por su parte, ha manifestado su voluntad de conseguir en este mandato la apertura del CAC hacia la sociedad. Miquel Miralles ha defendido la creación de un cuerpo de profesorado que esté especializado en los medios: "O insertamos la práctica mediática en la escuela o nos haremos daño" ¿Se lo cree él? La teórica Laura Pinyol ha invitado a los miembros de la comisión a marcar la agenda y los criterios a seguir en el consejo, porque según ella, no están para cumplir solo los deseos y las expectativas de un espacio político. ¿Igual se cree Alicia en el País de las Maravillas? Y, por último, ¿el candidato Enric Casas ha declarado que el CAC necesita un nuevo “talante” y ha abogado por trabajar para que las decisiones se tomen por "unanimidad”? ¿Deberá ser el talante que durante años ha practicado él? Apañados van los que se lo crean.
El Sindicato de Periodistas no está muy contento que digamos con estos nombramientos de los que ha dicho, entre otras cosas: “La gran mayoría de personas propuestas responden sobre todo a criterios de afinidad política que hace muy difícil que se pueda cumplir el mandato previsto en la Ley y que sus miembros actúen con plena independencia y neutralidad". Continúa afirmando el sindicato que “algunos nombres son especialmente inadecuados, como el designado para presidir el CAC”.
Las protestas no van a servir de nada, porque algunos de los elegidos con las espaldas tan anchas que tienen y la experiencia que los avala, van a abrir el paraguas esperando que escampe, que la tormenta pase, y aquí paz y mañana gloria. La dedocracia es la única norma que no va a cambiar en ningún partido y los elegidos, como está mandado, harán lo que les orden los partidos que les han colocado. Eso sí, unos disimularan más que otros.
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