Hay cosas que nunca cambian

Cuando los coches circulan por la autopista que va de Barcelona a Sitges, los conductores saben cuando están a la altura de Viladecans, por esas 10 torres que impiden ver la silueta del municipio. Es una especie de pegote que atenta contra la estética, la ecología y la inteligencia.

Los gobernantes locales, al permitir esta construcción esta claro que miraron por el bienestar de sus ciudadanos como se puede comprobar. ¿Quien fue la empresa autora del estropicio permitido?: SACRESA, de la familia Sanahuja y que han reconocido haber pagado una mordida de 4 millones de euros a la ex-presidenta de Unión Mallorquina, María Antonia Munar, que se encuentra desde hace ya algunos años en la cárcel acusada de soborno.

Los vecinos protestaron por la altura de los edificios, pero no les hicieron ni caso en el equipo de gobierno.

Lo bueno del tema es que el ahora Sindic Local, Nicolas el “sociata”, manifestó en aquellos tiempos que las torres “se han convertido en el nuevo icono de Viladecans” ¿ Quizás quiso decir en el icono a la estupidez y al pelotazo?.

La empresa SACRESA ahora desaparecida, ha realizado actuaciones urbanísiticas importantes en la vila quizás por eso en la actualidad, sus propietarios continúan con intereses en Viladecans, eso si con otros nombres y otras empresas, y a la espera de recalificaciones urbanísticas para seguir ¿haciendo caja?. ¿Se imaginan donde?. Una pista: ahora forman parte de un todo en un polígono industrial a punto de recalificarse, y que ha generado mucha polémica, se ubica en el centro y en donde se van a construir al menos 600 viviendas. Por supuesto en parte de sus terrenos es donde se pretenden construir una buena parte de los pisos. Hay cosas que nunca cambian.