Un bloque de pisos de Gavà premiado como el mejor edificio de vivienda pública de España
El jurado ha valorado la integración de la construcción con el entorno, un gran espacio verde que fomenta la continuidad biológica y lúdica
La promoción B2 del barrio de Can Ribes de Gavà, un edificio promovido por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) a través del Instituto Metropolitano de Promoción del Suelo y Gestión Patrimonial (IMPSOL), ha recibido el Premio AVS 2023 en las Buenas Prácticas de los Gestores Públicos de Vivienda y Suelo en la categoría de Edificación Sostenible de Obra Nueva. El acto de entrega de premios ha tenido lugar en el Palacio de la Exposición de Valencia.
Este reconocimiento, otorgado por la Asociación Española de Gestores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS), valora las medidas de ahorro energético de la promoción, la adecuación del diseño en el entorno, la innovación, los sistemas constructivos que favorecen un control pasivo del clima, el uso de materiales reciclables y la relación rendimiento-coste de la actuación.
En el caso de la promoción B2 de Gavà, el jurado ha destacado, entre otros, la apuesta por la arquitectura mediterránea a través de una configuración modular, la buena integración del edificio en el entorno, la elevada calidad de los espacios, con la incorporación de verde y un depósito de aguas pluviales, o el uso de energía renovable para el funcionamiento del sistema de climatización.
La AVS reconoce las construcciones en las que el entorno tiene un peso especial y las viviendas no son meros habitáculos. En el caso de la nueva promoción de viviendas protegidas del IMPSOL, la construcción es en torno a un gran espacio verde interior permeable que fomenta la continuidad biológica y lúdica entre la sierra de Les Ferreres y el Parque Agrario del Baix Llobregat, y preserva el patrimonio natural y paisajístico.
La promoción B2 de Gavà, un espacio verde permeable
La promoción premiada consta de 136 viviendas, de las que 64 son de tres dormitorios, 64 son de dos dormitorios y 8 son de un dormitorio). Del total de pisos, 63 son de alquiler y 73 de venta. El edificio también dispone de un local comercial de 840 m2 útiles y un sótano con 136 plazas de aparcamiento.
La nueva promoción de viviendas protegidas se ha construido en torno a un gran espacio verde interior permeable que fomenta la continuidad biológica y lúdica entre la sierra de Les Ferreres y el Parque Agrario del Baix Llobregat y preserva el patrimonio natural y paisajístico. El acceso a las viviendas se produce desde ese espacio naturalizado, ajardinado con especies autóctonas y de baja demanda hídrica.
Las estrategias ambientales implementadas han permitido obtener una calificación energética A en emisiones. Entre las más importantes se encuentran la reducción de la demanda energética en las viviendas, incrementando los aislamientos y favoreciendo la ventilación cruzada, el uso de instalaciones de alta eficiencia energética para la calefacción mediante suelo radiante y producción de agua caliente y la recogida de aguas de lluvia para el riego o aprovechamiento de la inercia térmica propia del tipo constructivo.
Las viviendas, pensadas tanto para el modelo tradicional de familia como para nuevas formas de habitar, potencian al máximo las relaciones con su entorno. Cada uno de ellos está configurado por una serie de módulos de dimensiones similares, que pueden ser utilizados como sala, cocina o habitación. Por tanto, se pueden organizar de múltiples maneras, de forma que se flexibilizan los usos que se pueden desarrollar y permiten adaptarse a los cambios.
Cada estancia está rodeada de espacios de transición hacia el exterior: en la fachada, un balcón corrido de 1,3 m; hacia el patio –y de forma casi simétrica– unos espacios corredor que actúan como galería y convierten las zonas de circulación en sectores complementarios de 1,60 m, donde se incluyen los baños, zonas de almacenamiento o espacios anejos a las salas.
Además, las viviendas se han diseñado teniendo en cuenta la perspectiva de género y rompiendo las jerarquías espaciales. Todas las estancias son suficientemente amplias, lo que favorece su flexibilidad y versatilidad, lo que permite que las actividades domésticas se puedan llevar a cabo en espacios de calidad y que las puedan realizar dos personas a la vez. Además, la cocina se convierte en un espacio central de la vivienda, abierto y con visibilidad.
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