¿Qué alcalde del Baix Llobregat igualará a Franco gobernando?

Estamos a cuatro meses de que se celebren las elecciones municipales que los partidos políticos se han tomado como el termómetro nacional para conocer la predilección de los votantes, en una etapa complicada a nivel nacional: muchas medidas gubernamentales discutidas que han puesto a la ciudadanía en situación “preventiva”, por no utilizar otro vocablo.

Nunca la expectación en unos comicios había sido tanta como ahora. Esto hace que las formaciones intenten poner a aquellos candidatos/as que mayores votos puedan atraer. Se supone que los que aspiran a mantener o conseguir la alcaldía deben ser personas formadas, competentes, los mejores que puedan proporcionar los partidos. Esta es la teoría, la práctica es bien distinta. No sé quién dijo que “la política es el arte de ejemplarizar”. ¿de verdad que eso se da? Se olvidan que los ciudadanos tienen derecho a contar con los mejores candidatos posibles y el deber de los partidos es el de proporcionarlos.  

Algunos dictadores en Latinoamérica -otros países también-  aplican la consolidación total de su régimen mediante unas mal llamadas elecciones cuyos resultados se saben de antemano. Entre ellas destacan:  Venezuela, Nicaragua y sin disimulo electoral Cuba, con el dominio aún de la familia Castro.

En algunos países verdaderamente democráticos están limitados los mandatos de los candidatos, en España no. Eso convierte a demasiados aspirantes en “políticos profesionales” que no conocen otro trabajo fuera de la política y que se eternizan en los gobiernos: municipales, autonómicos u otros cargos en las distintas administraciones.

Un caso palpable de persistencia democrática, sin relevo  se da en el municipio de Viladecans, Barcelona, donde su actual alcalde, Carles Ruiz, será de nuevo cabeza de lista después de 18 años de alcalde, 8 de regidor de cultura, juventud y deportes y 10 de teniente de alcalde de Ordenación Territorial, es decir, urbanismo y diseño urbanístico de la ciudad. En total, hasta el 28 de mayo, la cifra en los distintos cargos municipales suma 36 años y solo tiene 61. Es decir, entró con 25 años siendo educador de calle en un municipio vecino.  De su etapa anterior a este trabajo nada explica en su currículo.

Si vuelve a ganar las elecciones del 28 de mayo – parece ser que sí según las encuestas- al termino de su renovado mandato habrá estado en el ayuntamiento de Viladecans 40 años. Esa cifra iguala a Franco, que estuvo 40 años en el cargo .Algunos dirán que no es lo mismo, claro que no: Franco era un dictador y Carles Ruiz es elegido en las urnas. ¿Pero puede un demócrata pasarse 40 años viviendo del cargo? Puede, pero no debería, por muchas razones. Una de ellas que tiene que dar paso a gente preparada, nuevas ideas. Segunda, después de 36 años su formación es la de un graduado cuando había empezado varias carreras, sin terminar ninguna. ¿Tiene formación? No. Tiene una gran virtud, la capacidad de controlar todo: partido y ayuntamiento, donde ha colocado su guardia pretoriana y ha puesto en práctica el clientelismo político que tan buenos resultados le ha dado hasta ahora. Eso sí que es un mérito, al que hay que añadir que la oposición es muy floja, mejor dicho, flojisima.

Carles Ruiz, ostenta múltiples cargos, con esa capacidad de estar en todas partes con responsabilidades ¿Llega a todo? Se lo pueden imaginar. Hay un refrán español que dice: “Quien mucho abarca poco aprieta “, pues eso.  Donde sí llega es en lo económico, siendo el alcalde de la comarca del Baix Llobregat que más cobra, y eso que no es la ciudad con más habitantes. Hay que aclarar que del Ayuntamiento no cobra sueldo, sino otros conceptos, pero sí lo cobra de la Diputación de Barcelona donde es responsable de Recursos Humanos, Hacienda y Servicios Internos con un sueldo importante, más que el de alcalde. Con los 36 años que lleva en el ayuntamiento - otras instituciones también-, según consta en su declaración de bienes, no tiene ninguna vivienda en propiedad, al menos a su nombre. Posee dos vehículos de los años 2003 y 2007. Todo un ejemplo de “austeridad” de un político que habla de que con el Proyecto Roca, de transformación  de esa zona- nosotros lo calificamos como “el Pelotazo Roca”- serán el centro de la construcción sostenible. Una decisión que a más de uno le arranca una gran carcajada.

Viladecans se ha convertido en la capital del tocho, como lo demuestra la construcción de los edificios de Vilamarina. el edificio de la vergüenza. y la actual construcción de un nuevo hotel que es un homenaje al disparate urbanístico, el equilibro y la sostenibilidad de la que tanto habla el candidato.

Viladecans también es “sostenible” con el Caso INIPRO, aún bajo secreto de sumario que se prorroga - ¿hasta cuánto? - porque el ministerio fiscal ha solicitado una pericial económica. Así que el juez está a la espera de recibirla para seguir su “tramitación”. Este caso ha dado más vueltas de juzgados que una peonza. ¿Esperarán a que pasen las elecciones para levantar el secreto?, Alguna vez lo tendrán que hacer, ¿no?

Cuando Carles Ruiz termine su mandato - si es que lo termina- allá por el 2027, se cumplirán dos cosas: que tendrá los 65 años, la edad de jubilación, y que habrá igualado la triste cifra de 40 años que hasta ahora ostentaba Francisco Franco, y eso sin ser militar. Todo un récord a sumar.