Muchas personas se acuerdan de la famosa fábula del pastor bromista y mentiroso, que todos los días cuando bajaba del monte con sus ovejas decía: ¡que viene el lobo! - repetía varias veces-. La gente asustada se escondía en sus casas. Él solía decir que era una broma y se reía de ellos. Hasta que un día volvió con la misma cantinela, nadie lo creyó y en esta ocasión era verdad. El lobo se comió todas sus ovejas.
Esta fábula puede aplicarse al gobierno de Pere Aragonés que, pensando que la sequía podía ser una broma de quienes lo anunciaban de antemano - los aguareros, que dirían- lo que podría suceder, han mirado para otro lado hasta que la sequía está aquí, sin que las personas que tienen responsabilidades en la materia, incluido el presidente de la Generalitat, hayan hecho mucho caso. ¿Cuántas veces el presidente Aragonés se ha reunido con las empresas que prestan los servicios, es decir, las empresas con más experiencia en la materia? ¿Han atendido sus planteamientos en cuanto a las posibles soluciones? No lo sabemos pero intuimos que muy pocas veces. Y si lo ha hecho, a la vista está que no les ha hecho ni puñetero caso.
En estos momentos, lo que parecía “una amenaza” se ha convertido en una indignante realidad. El Govern ha declarado, por primera vez, la emergencia en 24 municipios, que afecta a 26.000 habitantes, la mayoría en el Alt Empordà, que restringe el consumo de agua por persona y día.
El problema viene cuando se nombran al frente de instituciones o empresas públicas a personas que no están capacitadas para ejercer esas funciones y encima se rodean de asesores a los que no hacen caso.
La Agencia Catalana del Aguas, ACA, tiene como director a Samuel Reyes, una persona con poca experiencia y nula capacidad de negociación, así como falta de empatía con los interlocutores del sector,y falto de proyectos. Avanzarse a las situaciones antes que se presenten requiere de planificación y consenso, cosa que no se está dando. Si eso hubiera sucedido, ahora la situación sería diferente.
Recordemos que tuvo que ser Junts, con el consenso con el PSC, quienes impulsaron una proposición de ley a la que después se unió ERC - no le quedaba más remedio- y que fue aprobada por PSC, Junts, ERC, Ciudadanos y el PP. Mientras que votaron en contra la CUP, los Comunes y la abstención de VOX. Quizás finalmente salió adelante porque era más que evidente lo que estaba sucediendo con los embalses bajo mínimos, por las elecciones a pocos días y también, no hay que olvidarlo, por el fracaso de la famosa y fallida Cumbre del Agua del 31 de marzo que se celebró en el Palau de la Generalitat.
La situación es complicada, se restringe el consumo del agua en 24 municipios y se pide a los Ayuntamientos que vigilen que se cumpla. Pero es que además los alcaldes de toda Catalunya esperan que les llegue la “orden” de que ellos costeen las infraestructuras que hacen falta y además que los ayuntamientos tengan que poner un nuevo impuesto.
Con este panorama, con 30 meses que se lleva en situación de sequía ¿En qué estaba pensando la ACA para buscar soluciones?, ¿Y el presidente Aragonés, que es el president de Catalunya? Estaría pensando en cómo abrir nuevas embajadas por el mundo. No se quien dijo que “ las personas suelen tratar los problemas colectivos como si fueran la responsabilidad de otros”.
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