Lo que ha quedado claro en esta Cumbre es la división entre los gobiernos, poderes económicos, comunidad científica y ciudadanía. O se toman en serio las cumbres o la credibilidad de las mismas está ya en tela de juicio.
No hay ya ninguna duda que a los barandas de este mundo de la generación de Greta Thumberg se les ha ido la mano con la contaminación, y ahora, lo vamos a tener que corregir entre todos, especialmente los que menos tienen.