El Tribunal Constitucional, como era de esperar, ha suspendido la ley que permite la investidura a distancia, aprobada hace pocos días por la mayoría independentista del Parlament de Catalunya.
La decisión del TC, la cuenta atrás del límite de fecha para la elección de un candidato "viable" y las presiones de ERC han sido los elementos para forzar una más que probable renuncia vía mensaje de Skype de Puigdemont en el que, aparte de criticar al gobierno, la justicia y a la democracia española, designará a un candidato para que sea investido y forme un nuevo gobierno -con muchas incognitas- que podría ser provisional hasta la convocatoria de nuevos comicios allá por la estación en la que caen las hojas.
Las fechas que se manejan son: que este viernes, Puigdemont nombre a su candidato. El lunes 14 tendrá lugar el primer pleno y el miércoles habrá el segundo pleno y la segunda votación. Estas son las previsiones, en principio. Aunque puede haber alguna sorpresa más, algo que no sería de extrañar después de todo lo que se ha vivido hasta ahora. Esto está siendo una caja de despropósitos, con sorpresas incluidas.
Al eterno aspirante, Puigdemont, después del jarro de agua fría del TC, no le queda más remedio que poner en práctica, aunque no le guste, su plan D. Es decir, designar ya a esa persona que gobernará Catalunya, aunque solo sean unos pocos meses. La jugada puede ser que el elegido sea un independiente de su lista, para controlarlo en la distancia y no la dirección de su partido. Esa persona no estaría sujeta a la disciplina de la formación que lidera Marta Pascal, sino que "obedecería" sus ordenes. Una jugada para vengarse de sus compañeros por no querer arriesgarse en seguir incumpliendo las leyes y mantenerlo como candidato, por encima de todo, como él siempre ha querido.
Por lo general, cuando alguien elige a su sucesor suele salirle rana y se vuelve en su contra. Puigdemont es el mismísimo ejemplo: elegido por Mas con el fin de seguir gobernando y llegado el momento -no pasó mucho tiempo - el hijo se comió al padre político. La política es así. Hay miles de ejemplos a lo largo de la historia. El veneno del poder es tan potente que nubla todos los sentidos y los principios éticos.
Muchos políticos independentistas están sobrepasados por la situación de estrés en la que los tiene Puigdemont y hasta el propio president del Parlamente de Catalunya, Torrent, al que se le conoce como el "alma libre". Quiere pasar a la historia como el presidente que aguantó los envites de Madrid -gobierno y judicatura- pese a las presiones recibidas. Los círculos cercanos a Junqueras, no comparten su actitud ya que en nada ayuda a su posible puesta en libertad. Su tozudez, hace levantar ampollas.
¿Qué papel va a jugar Torrent la próxima semana en los plenos que está a punto de convocar? Ese es otro capítulo de las escenas esperpénticas de la tragedia que se está viviendo en la política y las instituciones catalanas, con unos efectos colaterales muy difíciles de arreglar.
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