El expresidente ha cumplido con lo que había prometido
Los dos partidos lo aprobaron los días previos
"Nos movilizamos porque estamos en contra de la amnistía, de que intenten anular la justicia, que nos hace a todos libres e iguales para hacer una justicia a la carta", ha dicho el alcalde de Castelldefels
Este viernes tiene lugar la primera sesión de constitución del Parlament. Posteriormente tendrán lugar las votaciones para elegir al nuevo presidente del gobierno de Catalunya.
Me consuela que su historia centenaria, la parte buena de la misma, les servirá mucho de ayuda y que la libertad de expresión todavía está vigente, aunque han pasado cosas muy raras en el último mes en las relaciones del Gobierno con los medios de comunicación.
La aparición de una sentencia del Tribunal Europeo en plena negociación de un Gobierno ha producido, como era de esperar, el consiguiente revuelo trasformado en euforia en el bando independentista, que ha destrozado la estrategia del PSOE en sus muy inestables negociaciones con ERC.
“La turbulencia de los demagogos derriba los gobiernos democráticos” decía Aristóteles. No hay que perder de vista esta frase, porque hay cosas que no cambian por muchos siglos que pasen.
A más de uno le vendría como anillo al dedo una expresión que suelen utilizar los mejores investigadores de la T.I.A.: “eres un merluzo”.
En la vida diaria, los ciudadanos se encuentran el Dragon Khan de golpe, no lo han elegido y, lo más inquietante, no saben hasta cuándo van a tener que soportar los efectos de la atracción diabólica.
La moto de Varoufakis ruge a lo lejos. Pero en la Moncloa el modelo a seguir es Tsipras. El conflicto catalán será la Macedonia del gobierno progresista.
Si finalmente se cumplen los presagios, este miércoles puede ser la última comparecencia del presidente en funciones en el Parlamento, con una legislatura que puede considerarse la más corta en los años de democracia.
La escenificación mediática de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con intermediarios de por medio sigue poniendo de manifiesto sus desencuentros.
Después de unas "tranquilas" vacaciones, los políticos vienen con las pilas cargadas.
El presidente en funciones, Pedro Sánchez, está sudando lo suyo para conseguir ser investido.
Pónganse de acuerdo, cambien las leyes, nada de bloqueos de investidura y plantéense, ya de una vez, la posibilidad de una segunda vuelta en los comicios para librar a la ciudadanía de historias poco gratificantes como las que se están viviendo estos días.
El desencuentro actual entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, líderes del PSOE y UP parece que tiene mucho que ver con la aversión a convenir por escrito un plan de gobierno para la legislatura, sin antes haber procedido al reparto de los sillones institucionales.
Tras el anuncio por parte de la Presidenta Batet empieza la especulación del porqué sanchista de la elección precisamente en esta fecha; y la conclusión ha sido prácticamente unánime en ese Madrid del que le escribíamos ayer, escenario culpable de tanta gresca.
Madrid, capital del reino de España, siempre ha sido terreno abonado a los rumores más peregrinos o a los acaloramientos mediáticos más furibundos, que luego explosionan como las gaseosas y desaparecen con la misma celeridad con la que se iniciaron.
La próxima semana Sánchez mantendrá reuniones con los distintos partidos para conocer con qué apoyos cuenta para poder ser investido.
Como estaba previsto, este lunes, Quim Torra será investido por la mitad del Parlament, president de la Generalitat, gracias a la más que necesaria abstención de la CUP.