La andanzas de Zapatero en Venezuela comienzan a ser ya muy criticadas por toda la oposición venezolana, que asegura que cada vez que el ex presidente español aparece por la patria bolivariana aumenta la represión en su país, y que eso ya no hay quien lo aguante.
Démosle la vuelta a la tortilla y fijémonos en España. Desde que el líder de Podemos, Pablo Iglesias -un fiel seguidor de las doctrinas chavistas y mejor amigo del régimen de Chávez y Maduro, antes, ahora y seguramente hasta que el destino les separe- ha reaparecido en la escena política del Reino vía Presupuestos -con idas y venidas a la cárcel procesista- se ha acumulado un aluvión de críticas de la oposición, que no solo no decrece, sino que ha colocado al Gobierno socialista en una tesitura muy complicada.
Muchos politólogos creen que sin duda. Otros, en cambio, hablan de interpretaciones interesadas de la derecha económica. Lo cierto es que el lío está ya montado de una manera muy grave y dramática en Venezuela, y con muy mala pinta en Catalunya y posiblemente en otras comunidades nacionales, donde comienza a despertar un sentimiento anti-unitario que amenaza con infectar la convivencia de muchos conciudadanos.
Y si faltaban pocos detalles de la deriva que se asoma al panorama del desconcierto en el que vivimos, el Supremo que se contradice a sí mismo y abre un camino a los independentistas que ni ellos mismos se esperaban: Enmendar sus propias decisiones y, con ello, poder volver al punto de partida de las instrucciones.
Porque lo del pago de las hipotecas en el que se decía que los ciudadanos no debían pagar sino los
bancos ha sido flor de un día, pero por supuesto ha abierto brecha en el contencioso del procés.
Tanto es así que hoy mismo ‘La Vanguardia’, que es un diario que no tiene nada de bolivariano, a través de un editorial del director de su edición digital, se pregunta si este tipo de decisiones no se pueden aplicar a la Instrucción de Llarena y con ello resolver el laberinto del que no sabe salir Pedro Sánchez. Ya me entienden, lo de la presión a la Fiscal General del Estado para que suelte a los presos y puedan volver los exiliados.
Ahora solo nos falta una doble Constitución como nuestros hermanos caribeños y que ésta nos lleve a la declaración de República Socialista como piensa hacer Maduro.
Pero ¿quién haría en el Estado de las Autonomías de dictador bolivariano? No quiero ni imaginármelo.
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