No acabamos de meternos en un lio -me refiero a la salida de pata de banco de lo resuelto por los Magistrados del Supremo sobre las hipotecas y su muy conocido pago de los Actos Jurídicos documentados por parte de los ciudadanos- y ya otro líder político asoma en el horizonte para generar polémica sobre el indulto de los presos del Procés sin que éste se haya planteado legalmente, puesto que el Juicio aun no ha comenzado y se ignoran las sentencias.
Al Señor Rivera le parece que con la que está cayendo, éste es el momento ideal para hablar de esa medida de gracia a políticos presos, dando por supuesto que los Jueces ya los han condenado y que el Gobierno del Estado quiere indultarlos. Y como piensa eso, lleva al Congreso un debate para que el líder socialista meta la gamba hablando de una cosa que hasta es posible no sea necesario plantearse.
No diré yo, que no soy independentista declarado, que no sea lícito hablar en completa libertad sobre el proceso, la posible sentencia y hasta de los modos y maneras de resolver un problema ya muy fuera de control. Pero, de eso a que un líder de la oposición de por sentado de que habrá condena y que los sociatas y los podemitas actuarán, Dios sabe cuándo, como una piña para indultar a gente ahora en prisión, sí o sí, y además hacerlo de manera oficial, se le antoja a este periodista, que es una muy poco noble manera de poner la venda antes de que se produzca la herida, con el único fin de obtener un "rédito electoral" ahora que entramos en una campaña electoral especialmente longeva.
Y es que cuando nuestros políticos, sean los que sean, se juegan su silla, su manduca o lo que más les interese partidariamente, los ciudadanos estamos irremisiblemente perdidos, porque pasamos a ser un mero juguete electoral al cual hay que llenar la cabeza, el tronco y las extremidades de agujas de vudú, calentándole el ánimo para que pueda equivocarse gravemente cuando le toque votar.
Don Albert, mis abuelos los dirigentes de la II Republica española, para Vd. seguramente sus tatarabuelos, indultaron a los presos catalanes antes de la Guerra civil, y hoy muchos aun admiramos su templanza, tanto cuando los pusieron en la calle como cuando también no les tembló el pulso al meterlos en la cárcel del Puerto de Santa María, seguramente la prisión más temida e inhóspita en aquellos duros años. Lástima que poco después, la traición de unos militares fascistas no permitiera larga vida a un gobierno legítimo.
Sea Vd. pues, prudente. Anímese a explicar las hazañas de sus correligionarios sin rubor, y sobre todo,cuando coge el avión, aconseje a sus escoltas que no denuncien a los trabajadores de Seguridad del Aeropuerto por cachearle, que los pobres además de ganar unos sueldos muy bajos, tienen una jornada muy complicada y estresante.
Señor Rivera i Díaz, Vd. no lo dude, tiene madera de Presidente de Gobierno y además posibilidades de serlo, y si le quita una marcha a su velocidad oratoria, estoy seguro que le vendrá muy bien a su target electoral.
Lo del indulto, de momento, como diría el viejo estratega Pujol i Soley: “avui no toca”, es demasiado pronto. De eso ya se hablará, si es necesario, Dios no lo quiera.
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