Las formaciones políticas que inician su andadura en este campo, generalmente empiezan con humildad, servicio a la ciudadanía, a su país, aportar aire fresco, limpiar la corrupción, implementar la transparencia... Para llevar a cabo el proyecto, dicen contar con las personas más adecuadas y preparadas ¿ah?
Todo eso, en principio, es una teoría que mucha gente puede llegar a creer, y hasta pueden llegar a votarlos con el objetivo de que puedan poner en práctica el proyecto maravilloso.
Ciudadanos, un partido nacido en Catalunya con un candidato a la Generalitat de Catalunya, Albert Rivera, que en el inicio de su vida política utilizó su propio desnudo físico en un cartel de su campaña como candidato a la Generalitat. La campaña imaginativa, por falta de dinero, resultó todo un éxito. Representaba a un político joven cuyo mensaje de frescura ilusionó a muchos votantes: quería cambiar la política, como otros muchos, cargarse la corrupción y gobernar para los ciudadanos, vamos mensaje esperanzador. Esas eran sus intenciones. No le ha ido mal hasta ahora. No obstante, las elecciones andaluzas y su pacto con el PP y sobre todo, aunque lo nieguen su relación con Vox para darle a los populares la presidencia de la Junta y entrar en el gobierno andaluz, aunque no lo quiera reconocer ,el partido naranja, ha marcado un antes y un después que le va a pasar factura. Así lo indican las encuestas, que no son la Biblia, pero que indican por donde pueden ir las cosas para el partido que nació como "socialdemócrata" y que ha ido inclinándose a la derecha.
En plena campaña electoral de las elecciones generales, Ciudadanos se ha ido a la pesca de nombres que consideran les pueden dar votos sin pararse a pensar que en muchos casos las personas elegidas no representan los "valores" que tanto han pregonado a lo largo de su corta vida política.
Silvia Clemente, hasta hace pocos días presidenta de las Cortes de Castilla y León, popular hasta esa fecha y con pies de barro por los negocios de su marido. El que fuera presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, también popular, se ha ido con Rivera. En el campo socialista, Joan Mesquida, ex director de la Policía con José Luís Corcuera y con años de militancia... El penúltimo fichaje, la joven promesa, Celestino Corbacho, el ministro del paro, el socialista que ha estado militando 42 años en el socialismo catalán, primero con la Federación Socialista del PSOE y después en el PSC. Persona que ha sido alcalde de L'Hospitalet, presidente de la Diputación de Barcelona, ministro, diputado al Parlament de Catalunya, donde el su ahora compañero de filas Jordi Cañas, cuando supo de su vuelta dijo que era una mala noticia para Catalunya. Pues bien, Corbacho, despechado por quedarse sin cargos institucionales y en el partido, cogió la de Comarruga. Como lo definen algunos ex compañeros que lo conocen bien "Corbacho va a la suya, es Corbacho, así de sencillo".
Lo curioso de las apuestas de Rivera es que afirman que lo que pretende es la aportación de "talentos" a su formación, se olvida de alguna de sus afirmaciones sobre Corbacho, del que llegó a decir "a la vista de su labor, en una empresa privada sería despedido".
No vamos a explicar ahora el texto original, pero sí el significado de la misma, diciendo Dios confía sus dones o talentos a los hombres con la obligación de que los desarrollen, que esperan una respuesta fructífera por parte de cada hombre y que la inactividad -por miedo, exceso de preocupación o cobardía-, es criticada por el mismo Jesús.
La parábola de Rivera sobre los talentos de Corbacho, Mesquida y compañía es un chiste en malo de Chiquito de la Calzada, que solo hace gracia a los interesados.
Decía hace un par de miles de años, Diógenes el Cínico que "El único bien es el conocimiento, y el único mal la ignorancia."
Escribe tu comentario