Hace unos años, no tantos, la sociedad pensaba que determinados deportes eran solo cosa de hombres, así que las mujeres que osaban practicarlos en los terrenos de juego eran insultadas. Afortunadamente, el tiempo y el tesón de las pioneras que nunca se rindieron ante las críticas, han hecho que la normalidad sea un triunfo en cualquier deporte que la mujer quiera hacerlo.
El fútbol femenino es uno de esos deportes que a la mujer le estaba "prohibido". Pese a ello, cientos de mujeres hacían caso omiso. Eso sí, a los terrenos de juego solo acudían los familiares, amigos de las jugadoras y, por supuesto, esos curiosos que iban para verles las piernas, no su forma de jugar.
Como casi todo es cuestión de tiempo y tenacidad, el fútbol femenino ha dado un paso de gigante: los estadios empiezan a estar llenos de aficionados/as. La evolución en la práctica del balompié ha sido excepcional. El juego que realizan las mujeres, en muchos casos, no tiene nada que envidiar al de los hombres. Calidad, conocimiento, fuerza en los chutes, técnica, velocidad, son algunas de las cualidades de unas jugadoras que hacen las delicias de las/los espectadoras/es. Llama la atención que no hay dureza en el juego, ni tampoco enfrentamiento entre las jugadoras. Todo un gesto que marca diferencia con sus compañeros y que sirve de ejemplo.
Este fin de semana, el Nuevo Estadio de Los Cármenes, en Granada, fue el escenario de la final de fútbol femenino de la Copa de la Reina, entre el Atlético de Madrid y la Real Sociedad. Lleno total y presencia de la Reina Letizia que hizo entrega del trofeo a la capitana del equipo goleador. Un partido bien jugado por los finalistas, con el equipo madrileño como favorito, pero ya se sabe, al final, en el campo juegan 11 contra 11 y contra todo pronóstico la Real Sociedad se hizo con el triunfo. Es la grandeza del fútbol.
Si los aficionados de verdad al fútbol llenan los campos, es una magnifica señal y una apuesta por el fútbol que está excesivamente comercializado. Ahora bien, lo que cobran ahora las jugadoras está a años luz de sus colegas masculinos. Es una asignatura pendiente, lo mismo que el apoyo de la Federación, las grandes empresas y los medios de comunicación. La discriminación salarial dura ya demasiado tiempo, es hora de que las jugadoras que se dedican profesionalmente tengan unos salarios dignos.
El fútbol femenino, con la ayuda de todos, ha venido para quedarse y ofrecer un buen espectáculo. Ahora toca también que los medios de comunicación se interesen más por él. Es de justicia y además se lo merecen. En España, la calidad de los equipos nada desmerece a los del resto de Europa, se está comprobando cada jornada.
"Algún día dejaremos de soñar para convertirnos en grandes futbolistas y nadie nos juzgará por ser mujeres. ¡Grandes mujeres!". Ese día ha llegado ya.
Felicidades a la ganadora de la Copa de la Reina y ánimo a todas las jugadoras por haber conseguido que el fútbol femenino sea un deporte de primera.
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