El célebre sociólogo norteamericano Robert K. Merton escribió una memorable 'Sociología de la ciencia' que os recomiendo de veras, no os aburrirá y os dará buena compañía. La ciencia tiene también un mundo social. Os citaré el 'efecto Mateo', un concepto que en aquellas páginas introdujo Merton. Se trata de la consecuencia de dar crédito a los científicos con renombre y negárselo a quienes aún no tengan hecho un nombre. En las publicaciones, sean científicas o no, tanto los editores como los lectores confían por lo general en las firmas conocidas más que en las desconocidas. A menudo, este automatismo resulta injusto y ocasiona errores con penosas consecuencias sociales y personales. Merton recuerda la parábola de los talentos que se halla en el Evangelio de san Mateo: "Al que tenga se le dará, y tendrá abundancia; pero al que no tenga se le quitará hasta lo poco que tenga".
En 'Ambivalencia sociológica', Merton aludía al plagio inconsciente o 'criptoamnesia' (memoria oculta):"el hecho de que la 'criptoamnesia' pueda sucederle a todo el mundo expone al científico a la constante posibilidad de que la idea original que más aprecie sea en realidad el residuo olvidado de algo que leyó u oyó en otro momento". Debería funcionar el crédito de la honradez probada y no el del nombre afamado. No deja de ser curioso reconocer que en nuestro interior habitan muchas voces y muchas imágenes. Hay que estar siempre en forma para no confundirse con los ecos y con los destellos. Hay que estar dispuesto sin cesar a reconocer todas las herencias recibidas y no tener obsesión por ser absolutamente originales.
Entremos ahora en el libro 'A hombros de gigantes'. En él, Robert Merton declaraba su gusto por desarrollar una perspectiva cómica para contemplar los asuntos serios. "El hombre es un enano a hombros de gigantes" es una frase atribuida a Newton pero que ya usó en el siglo XII el canónigo Bernard de Chartres. Merton escogió la palabra 'otsog', acrónimo de 'On The Shoulders Of Giants', como una palabra fea y memorable, corta y sin afectación, sin posibilidades de hacerse palabra de moda, "apretado tejido narrativo que rinde el debido tributo a la erudición, sin olvidarse del respeto exigido por la pedantería". Yo he inventado otra: ser 'soguis' es ser comunicativo y risueño y facilitar la guasa a su alrededor, acaso a su costa.
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