Eran otros tiempos, pero se asemejaban a los actuales en el gusto por la bárbara descalificación de los 'no allegados', por el simple hecho de serlo. Citaré el caso de una culta mujer gallega nacida en 1851 y fallecida en 1921. A causa de su aspecto físico, algunos de sus adversarios más soeces la calificaron de 'Sandía con patas'. Fue una escritora cuya obra completa consta de 44 volúmenes y que como empresaria fundó la editorial Biblioteca de la Mujer. Se vetó su admisión a la Real Academia Española, pero ella se reafirmó enérgica en el derecho a no ser excluida de esa distinción por la única razón de ser mujer. Con tres hijos, se separó de facto de su marido en 1884, y seis años después se instaló en Madrid. Narcís Oller dijo ver en ella 'la pupila' más penetrante de un psicólogo. Segura, apasionada y valiente, se pronunció abiertamente en asuntos políticos y fue señalada "por quienes habían constituido el intenso entorno social de su juventud" carlista, así lo subraya Isabel Burdiel, premio Nacional de Historia, que es autora de la excelente y completa biografía 'Emilia Pardo Bazán' (Taurus). Hija de un exdiputado liberal progresista, Emilia Pardo Bazán fue tradicionalista y vivió el catolicismo de una manera intensa y personal, buscando su renovación 'agitando' ideas. Aunque sorprenda, fue una feminista radical que aunaba "tradiciones y lenguajes de denuncias muy diversos". Frecuentó los más renombrados ambientes literarios de París. Entre sus relaciones con los principales intelectuales y escritores españoles, mantuvo siempre una buena amistad con Francisco Giner de los Ríos y José Lázaro Galdiano. Con Galdós tuvo además una relación amorosa que la profesora Burdiel compara con la que establecieron Benjamin Constant y Madame de Staël.
Historiadora política, el método de análisis de la profesora Burdiel se inspira en el de Lytton Strachey, quien para aprehender la densidad de una época compleja adoptaba una visión fortuita, oblicua o inesperada, en lugar de enfocarla de forma rígida. Esta óptica ha permitido a Isabel Burdiel asimilar las líneas subyacentes de las discusiones públicas de la España de la época, algo que no preveía al inicio de su trabajo. Son aspectos que todavía se proyectan sobre la realidad actual. Veo prometedor que nuestra autora prosiga en esta dirección biográfica con otros personajes.
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