En su comparecencia, después de firmar el acuerdo con el PSOE de Sánchez, sin medios de comunicación presentes, el líder la formación morada, Pablo Iglesias, afirmaba con convicción que “el futuro Gobierno combinará la ‘experiencia’ socialista y la ‘frescura’ de Unidas Podemos”. No se equivocaba con la parte que hace referencia a su partido.
La entrada de Unidas Podemos en el Gobierno es de una “frescura” inenarrable: el marido vicepresidente del Gobierno y la mujer ministra de “igualdad”. Me estoy refiriendo -como habrán podido deducir- a la pareja de Iglesias & Montero, los dueños del cortijo morado. ¿Tendrá algo que ver con sus asesoramientos a Venezuela? Dicen que “todo en este mundo se pega, menos la hermosa y el dinero”. Los tics autoritarios y de sucesión familiar en los países “democráticos” como Venezuela o Nicaragua también, eso parece.
En cualquier partido que se precie de ser democrático, ético y transparente debería plantearse que este tipo de cosas no deberían producirse, por ética, salud democrática e igualdad de oportunidades para todos.
Suponemos que hay mucha gente que no ha visto con buenos ojos que el matrimonio cope dos cargos en un Gobierno cuyo partido pertenece a la casta. Dentro de la formación -en privado- muchos son los que critican -en voz baja- la postura del matrimonio que los dos se han quedado con el 40% de los cargos. Flaco favor hace a su partido y a sus votantes. Otras de las preguntas que hay que hacer es si el partido morado no dispone de personas cualificadas para ocupar el cargo de ministro/a. Por lo que se puede apreciar, no. ¿Estarán encantados sus inscritos? ¿Son Iglesias & Montero los frescos del Gobierno? Está visto que sí, que frescos lo son un rato .Desde que le han cogido apego al cargo y ahora también al poder, los dos están más frescos que una lechuga en el congelador.
Pablo Iglesias llegaba a la política para acabar con los partidos tradiciones, a los que denominaba la casta, y al final él ha sido absorbido por esta. Dice un refrán que “Gente popular, donde la llevan, va”. Los refranes que provienen de la sabiduría popular siempre tienen su base.
Me viene a la memoria un tuit del que será vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, que en el año 2012 criticaba que Luís de Guindos se comprara una casa valorada en 600.000 euros. Decía “Que la política económica la dirija un millonario es como entregar a un pirómano el Ministerio de Medio Ambiente". U otra afirmación en una entrevista que le hizo Ana Rosa Quintana en la que decía “este rollo de los políticos que viven en Somosagua, que viven en chalés, que no saben lo que es coger el transporte público...”. Ahora resulta que todo eso que ha criticado “el azote de los ricos” va a ser vicepresidente, tiene un casoplón, coche, chófer... ¿Es de fiar este vicepresidente?, se preguntarán una buena parte de la ciudadanía. No se pueden dar bandazos en tan poco tiempo sin perder credibilidad.
Si hablamos de la nueva ministra de Igualdad, Irene Montero, eso de la igualdad se lo deberían preguntar, de momento a la que hasta hace poco era su guardaespaldas y recadera mayor, a la que ha despedido por su denuncia del trato laborar recibido de la política y a la que al parecer, le han ofrecido 50.000 euros para no llegar a juicio. Resultaría curioso que la nueva ministra de igualdad fuera condenada por este tema.
Los dos nuevos miembros del Gobierno son los frescos, no del barrio, sino de un Gobierno de izquierdas.
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