TODOS CONTAMINAMOS: transportes públicos, ciudadanos, industria, agricultura, vehículo privado, turismo… unos más que otros, pero absolutamente todos somos culpables. Ponernos manos a la obra no es tarea baladí, diría que es más bien compleja, ya que diseñar medidas para mejorar la calidad del aire debe en primer lugar tener en cuenta lo que contamina cada uno, cada actividad, colectiva e individualmente, por lo cual la lucha contra la contaminación NUNCA debería recaer exclusivamente sobre una parte de la población, y MENOS AÚN, cuando gran parte de esa población son aquellos de renta más baja, trabajadores que apenas llegan a fin de mes, ahogados por impuestos y sueldos precarios; autónomos que se las ven y se las desean para sacar sus negocios adelante; negocios que ya están viendo reducir sus ingresos mes tras mes desde el
anuncio de esta ordenanza, como pueden ser los talleres mecánicos de barrio, como ejemplo.
Vamos a dar 5 razones (aunque podríamos dar muchas más ) por las cuales cualquier ciudadano con sentido común debe rechazar la manera de implantarse la ZBE en Barcelona.
PRIMERA RAZÓN: Únicamente se está actuando de manera drástica y totalitaria sobre los
vehículos más antiguos y por ende sobre sus propietarios, dejando al margen y exculpando al resto de la sociedad, criminalizando a una parte de los ciudadanos a sabiendas que no son ellos ni los más culpables, ni los únicos.
SEGUNDA RAZÓN: Cualquiera que consulte a cualquier ingeniero de un laboratorio especializado en la verificación de los motores que se fabrican, os explicará que en laboratorio tras unas complejas pruebas, y luego en pista, con pilotos profesionales, según su resultado, establecen unos baremos de “agentes contaminantes en g/km”; entre ellos los principales son el CO2, HC+Nox, Nox y PM. Cada vez según los avances tecnológicos, la norma es más restrictiva, actualmente estamos en la norma EURO 6. Pero este mismo Ingeniero, también os explicará, que una vez el coche está en la calle, esos baremos distan mucho de la realidad, acuérdense del caso DIESELGATE sin ir más lejos. Además, hay factores que no se tienen en cuenta como dimensión de los neumáticos y tipo de embrague, grandes productores de PM, que son partículas finas . Por lo cual, intentar clasificar un parque de vehículos en función de esta normativa, es simplemente ERRÓNEA. Para una clasificación real y JUSTA , se deberían realizar mediciones individuales del parque
circulante, aplicando además los kilómetros recorridos anualmente, cada año cuando se pasa la ITV, que para eso está. Además que un vehículo por estar dotado de un pequeño motor eléctrico, nunca debería ser “eco”, ya que el 98% del tiempo circula quemando carburante fósil. Con esto lo único que queremos decir, que el sistema de etiquetado que se está empleando no se ajusta a la realidad de lo que contamina cada vehículo.
TERCERA RAZÓN: Está preparada el área afectada para que los ciudadanos tengan alternativa? Es evidente que no, y hasta los mismos políticos que están llevando a cabo este proyecto, reconocen que hay muchas deficiencias en el transporte público, falta de park&ride, y aparte la propia administración tiene un parque móvil altamente contaminante y que circula muchas horas. Ni está preparada, ni se ha trabajado lo suficiente para que lo esté, en lo único que se ha preparado es en dotarla de elementos para criminalizar, perseguir y multar a los ciudadanos, tratándolos de criminales medioambientales.
CUARTA RAZÓN: Una norma de este calibre debe de ser consensuada al máximo y por todos, la
administración debe velar por agotar todos los medios a su alcance antes de afectar a ningún ciudadano, y en este último caso, otorgar medios y herramientas para que el ciudadano pueda adaptarse a normativa gradualmente , con opciones que funcionen y no afecten sobremanera su economía y bienestar. Esta ordenanza no da importancia a los graves daños y perjuicios económicos que genera en la ciudadanía afectada,no tiene en cuenta la casuística social, no otorga herramientas que existen. Es una norma excusada con el ecologismo, medio ambiente y la salud, pero no tiene en cuenta ni los principios básicos de la ecología, ni la economía circular, que ayuda a muchos pequeños empresarios a crear negocios, puestos de trabajo de nueva creación y reducir materias primas. Por lo tanto ni hay consenso, ni es ecológica, ni es justa.
QUINTA RAZÓN: La sociedad en pleno, debería rechazar una normativa que clasifica y etiqueta en función del poder adquisitivo del ciudadano y señala al más débil como causante de un mal al resto, cuando los creadores de la norma se permiten el lujo de declarar públicamente que “a ver si se sienten avergonzados de tener un vehículo contaminante (que no es cierto que lo tengan)”, que “la clase trabajadora se ha aburguesado mucho y va a todas partes en vehículo privado” o la última perla, “que si no puede acceder a su puesto de trabajo deberá buscarse otro”. Se debería rechazar el mensaje del miedo, que lanzan alegremente con cifras y estadísticas de dudosa procedencia, que declaran emergencias climáticas pero no predican con el ejemplo, que tienen nula empatía con la angustia y stress que están causando a una buena parte de los afectados, obligándoles a buscar soluciones cuando no son ni mucho menos los causantes de la calidad del aire que respiramos.
Podría extenderme mucho más, mencionando el informe de ecologistas en acción el cual coincide con muchas cosas que la ASOCPARC está reclamando hace dos años, mencionando que los poseedores de vehículos antiguos son fuente de economía circular, que de ellos viven más de 800 talleres de los cuales depende en cada uno de ellos, la economía de entre una y cinco familias, son herramienta de trabajo de pequeños autónomos, como los que nos vienen a reparar la nevera, o pintar el piso, o arreglar las persianas, de jóvenes estudiantes que gracias a ese coche heredados pueden estudiar en la universidad para la cual se han preparado durante años, o abuelos jubilados que pueden ayudar a conciliar la vida laboral de sus hijos, compañeros infatigables de marchantes y vendedores ambulantes, y podría seguir mencionando un sinfín de ciudadanos honrados, buena gente, que solo quiere trabajar dignamente, llegar a fin de mes, disfrutar de la familia, ver a sus hijos al menos un rato al dia, y que estamos siendo objeto de una feroz campaña de asedio, persecución, criminalización, de la propia administración que ejerce el más puro estilo de bullier.
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