Hasta ayer mismo les contábamos a todos Vds. tras el muy claro titular ‘Mobile: Aquí hay gato encerrado’, lo que podría pasar y sucedió horas después con el codiciado Mobile, que al final se ha suspendido, causando un terremoto de pérdidas económicas y de deterioro de la imagen para la ciudad de Barcelona y por supuesto para Catalunya y la mismísima e imperial España.
A estas horas aquellos y AQUELLA que tanto dudaban no hace tanto tiempo en si apoyar la continuidad del evento, han visto la luz en el horizonte y hoy se asombran de lo que ha pasado. Y para desgracia de los barceloneses siguen mirando hacia el cortoplacismo como cataplasma política para aliviar todos los males, cuando lo que hay que hacer, a nuestro entender, es tomar decisiones inteligentes que inviten a los mismos organizadores que ahora nos abandonan excusándose en el coronavirus a que vuelvan a trabajar ya para la siguiente edición, arreglando a conveniencia de todas las partes el desastroso coste provocado sospechosamente por el miedo de las empresas tecnológicas más ricas del planeta -que sí han podido ir a Ámsterdam y no abrir sus puertas en Barcelona. Curiosamente no se ha presentado todavía ningún caso de contagio en su área poblacional y sigue teniendo a escasos metros del evento varios hospitales de referencia. ¡Inaudito!
Es grave, o muy grave que se cierre de un portazo el Mobile buscándose excusas sanitarias que son manifiestamente injustas para una ciudad asintomática, pero al final piensas: ¡Qué son 500 millones de euros para multinacionales tan potentes!, si lo medimos bajo el viejo prisma de esto se paga a escote pericote en las cuentas de explotación de las marcas, algo que para las empresas nativas o para los trabajadores locales (taxistas, señoras de la limpieza, montadores, electricistas, restauradores. etc., etc.) es una verdadera tragedia para su bolsillo ya bastante castigado por las sucesivas crisis y traslados de sedes empresariales. O por los contratos en precario ¿Quién palia esta tragedia?
Conclusión: Al final los más perjudicados por una decisión tan poco edificante son los más débiles, es decir, la mayoría de los barceloneses, que verán las noticias de la suspensión en un LG o en Samsung, realizarán alguna pequeña compra en Amazon o hablarán con la familia a través de alguno de los teléfonos de Orange o Vodafone, comentando con la familia cómo van a arrostrar el final del invierno con las pérdidas que tendrán que afrontar, sin darse cuenta de que mientras hablan están engordando la cuenta de resultados de los que han ordenado la suspensión del Mobile sin pensar ni un segundo en esto que les estamos contando.
Dicen los del GSMA -que han tenido una rueda de prensa en el lugar Movilecidio, muy blandita para las preguntas que se merecían- que ellos volverán a convocar otro MOBILE en el 2021 y en Barcelona. ¿Vds. se lo creen...? Sinceramente, yo lo pongo en duda.
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