Las plagas de mosquitos este verano son más agresivas
En algunas zonas se han detectado hasta un 70 % más que en años anteriores
La llegada de las altas temperaturas trae, de manera inevitable, la aparición de millones de mosquitos de toda clase y condición. Los hay para todos los gustos y disgustos, aunque su molesta presencia cerca de los humanos no hace distinciones.
Además, en los últimos tiempos se viene detectando la presencia de nuevas especies hasta ahora desconocidas en nuestro país que, además, están mostrando una mayor agresividad hacia los humanos.
Es ya muy conocido lo que ha sucedido con el mosquito tigre, que desde su llegada a la península ha generado muchos problemas a la población. Su molesta picadura le ha otorgado una fama de agresivo que, sin embargo, no es mucho mayor que la de otras especies.
La presencia de mosquitos este año va a ser, según todas las previsiones, superior a la de otros años. Según los primeros estudios llevados a cabo, la presencia del mosquito tigre ha aumentado un 70 % respecto al año 2018. Las lluvias y las altas temperatura han contribuido de manera decisiva, pero el confinamiento por el Covid-19 también ha tenido una gran importancia.
El confinamiento ha dejado muchas segundas residencias cerradas y muchas áreas de pequeños cultivos cercanas a las ciudades han estado sin ningún tipo de cuidado durante un largo periodo de tiempo. Pequeños o grandes recipientes capaces de acumular el agua de la lluvia se han quedado a la intemperie. Y allí los mosquitos encuentran su paraíso.
Ponen sus larvas por miles en recipientes con agua acumulada, de tal manera que los huevos se desarrollan y acaban eclosionando cuando la temperatura y la humedad son las más adecuadas.
La solución más efectiva es evitar que el agua pueda acumularse. Si eso no es posible, hay que acudir a los insecticidas químicos, como se ha hecho durante años. Aunque eso tampoco garantiza su desaparición.
PELIGRO INMINENTE
Sin embargo, eso tiene un importante contratiempo. Los mosquitos, como todas las especies vivas, tienen la 'molesta' tendencia a ser como los galos de la aldea de Astérix: generan su propia pócima mágica que les hace resistentes a los ataques de los humanos.
Desde hace tiempo, la comunidad científica viene detectando que los mosquitos son cada vez más resistentes a los elementos químicos con que se les atacan. Además, su adaptación se transmite vía genética a las siguientes generaciones, lo que obliga a que los insecticidas y antiplaguicidas sean cada vez más potentes, y eso puede afectar al resto de las especies que habiten la zona.
Por ello, la mejor medida para reducir el riesgo de picadura de los mosquitos es la preventiva. No dejar recipientes con agua a la intemperie (cubos, juguetes, ceniceros, platos de macetas, etc), evitar la formación de charcos, controlar las piscinas y sus alrededores, son medidas que puede ayudar a controlar su proliferación.
NUEVAS ESPECIES
La expansión de los territorios en los que habitan los mosquitos es cada vez mayor. Los científicos están descubriendo en nuestro país algunas nuevas especies invasoras de las que apenas se sabe nada, ni siquiera cómo han llegado hasta aquí desde sus hábitats naturales. Y algunas de ellas son, aunque en proporciòn muy pequeña, capaces de transmitir enfermedades de cierta gravedad.
El último descubrimiento ha sido la presencia del llamado Aedes japonicus, una especie del mismo género que el mosquito tigre que se ha detectado recientemente en algunos lugares de España. Los estudiosos consideran que su capacidad de expansión es superior a la del tigre, aunque presenta algunas diferencias notables.
Mientras el tigre prefiere ambientes más urbanos, el Aedes japonicus es más dado a procrear en campos y zonas verdes, una desventaja para él ya que allí se encuentran más depredadores. Además, es menos agresivo que el tigre, por lo que los expertos.
MEDIDAS ADECUADAS
Lo más convenientes es tomar una serie de medidas preventivas para evitar el aumento del número de mosquitos.
Lo primordial es intentar eliminar sus zonas de cría, vaciando el agua que se acumule en cualquier recipiente al aire libre, como macetas, bebederos de animales, ceniceros, y cualquier recipiente, por pequeño o grande que sea, en el que puede acumularse agua sin tratar. Un poco de agua estancada es suficiente para que algunas especies de mosquitos se reproduzcan.
Hay que vigilar los canales de desagüe de terrazas o jardines y hay que mantenerlos limpios evitando la acumulación de agua en su interior.
El uso de productos químicos suele ser efectivo, pero no siempre es lo más conveniente, aunque si los otros métodos no han dado el resultado previsto, es la última de las soluciones.
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