​Viladecans sale a la calle para protestar contra los planes urbanísticos del Ayuntamiento

Los vecinos de Viladecans no están dispuestos a permitir que los planes urbanísticos promovidos desde el Ayuntamiento y que suponen  la construcción de miles de viviendas en zonas protegidas salgan adelante.

Por ello, entidades ecologistas y plataformas vecinales han salido a la calle en una nueva manifestación que ha congregado a decenas de vecinos que han dejado patente su malestar con la intención del actual equipo de Gobierno del municipio de continuar con unos planes urbanísticos que acabarán con los parajes de Can Olivaretes y Can Sellarès.

Durante la concentración, los presentes dejaron claro su rotunda oposición a los planes municipales y exigieron que el consistorio dé marcha atrás en los proyectos urbanísticos que tendrán una enorme afectación en zonas que deberían estar protegidas.

Los grupos contrarios al desarrollo del plan consideran que todavía están a tiempo de frenar algunas de las actuaciones que están previstas. Jaume Grau, del grupo Ecologistes en Acció, reconoce, pese a todo, que la lucha es complicada, aunque están dispuesto a llegar a las últimas consecuencias.

"Todo esto no es nuevo", asegura Grau en declaraciones a Vilapress. "LLevamos más de 20 años y creo que todavía irá para largo. Hay que tener en cuenta que este es el plan urbanístico más grande de toda Catalunya, que implica la construcciòn de más de 5.000 viviendas y que afecta a más de 200 hectáreas en toda la comarca". Se refiere el Pla de Ponent, que afecta a varios municipios del Baix Llobregat y que tendrá un gran impacto ambiental en una zona que está especialmente protegida.

Según Grau, "este plan de hizo mucho antes de que fuera obligatorio que se incluyera en este tipo de actuaciones un estudio sobre impacto ambiental. Y esa es una de las escusas que ponen para llevarlo adelante".

Reconoce que han hablado en varias ocasiones con las diferentes administraciones, ayuntamientos y AMB, para tratar de frenar este desarrollo urbanístico que consideran desproporcionado y muy peligroso por su impacto ambiental, pero siempre se han topado con un muri. "Nos han puesto toda clase de excusas, e incluso han llegado a amenazar con que en el caso de suspenderlo habría que pagar indemnizaciones multimillonarias al fondo de inversión que quiere llevar adelante el proyecto. Pero esto no es cierto ya que solo se debería indemnizar en relación a la inversión que se ha hecho, que en estos casos ha sido muy pequeña".

Otro de los argumentos usados por los ayuntamientos, la necesidad de vivienda a precio asequible para la gente con pocos recursos, "se cae por su propio peso", asegura Grau. "La mayoría de estos pisos se pondrán a la venta a un precio solo al alcance de personas con un cierto nivel salarial y eso no soluciona este problema. Además, hay miles de pisos cerrados que podrían destinarse al alquiler social".

Si las conversaciones con los ayuntamientos de la zona siguen siendo infructuosas, los diferentes grupos implicados en la batalla para acabar con los planes urbanísticos que, entre otras zonas, afecta en Viladecans a Can Sellarés y Can Oliveretes, están dispuestos a continuar su lucha en los tribunales de justicia.

En estas dos zonas que afectan a los municipios de Viladecans y Gavà está prevista la construcción de más de 2.700 viviendas, lo que provocará la desaparición de 68 hectáreas agroforestales al pie de la sierra de Montbaig.