Los dos Tonis, Comín y Cantó vuelven a ser noticia, es lo que buscan en su acaecer diario. Que los medios de comunicación publiquen sus impresiones, comentarios o chorradas múltiples, les encanta. Se consideran el centro del Universo y sin ellos nada brilla. Son dos auténticas estrellas con carreras políticas paralelas aunque aparezcan ideológicamente contrapuestos.
Toni Cantó (EP)
Cantó se enteraba este domingo de la noticia de que los jueces le sacaban de las listas del PP al infringir la ley: se había empadronado después del plazo permitido para poder votar o formar parte en unas listas electorales. Claro, no le ha gustado ni un pelo la decisión, no obstante, seguirá haciendo campaña para sus nuevos "compañeros" ideológicos. Puede estar tranquilo el actor metido a político, ya le buscarán trabajo bien remunerado, y no precisamente en una obra teatral…
El otro artista, Comín, saltaba a la escena mediática en plena negociación de JXCat y ERC para formar gobierno -esto parece el parto de la burra-, como vicepresidente del Consell per la Republica a meter baza con la gran propuesta de que el chiringuito de Puigdemont y él mismo como su vocero, pondrán en marcha a lo largo de este año una “red diplomática” propia formada por cónsules honorarios con el objetivo de internacionalizar el proceso independentista, como si no hubieran dado ya bastante la lata. Lo que no explica es de donde van a sacar los euros para mantener la “red paralela”. ¿Espera que la pague la Generalitat? ¿O los cónsules honorarios van a ser los presidentes de los casales catalanes en el exterior? Si es así, también los pagan el gobierno catalán o lo que es lo mismo, salen de todos los bolsillos de los ciudadanos de Catalunya... Un acto totalmente caciquil y antidemocrático teniendo en cuenta que se han celebrado unas elecciones, que han elegido a sus representantes para formar las instituciones democráticas y que ahora los dos huidos, para no perder poder, sacan de nuevo el proyecto que piensan va poder ser el instrumento de presión constante contra ERC y en consecuencia contra el presidente de la Generalitat ahora que este estará en manos de los republicanos. La penúltima jugada de Puigdemont para desestabilizar.
La pregunta que se hacen muchos es ¿quién ha elegido al Consell per la Republica? ¿Un órgano ficticio, dictatorial o sencillamente una escena de la obra de Puigdemont? Una situación realmente Kafkiana en unos tiempos en los que las energías hay que dedicarlas a lo que es prioritario: el Covid y sus consecuencias. Lo demás es solo desviar la atención y defender sus intereses personales, que es lo que realmente está pasado ¿Les interesan las personas? Está claro que no, o, mejor dicho, solo ellos. Decía Kafka que “reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas”.
Así que el dúo de los Tonis no se resignan a su papel de secundones en una obra donde ellos quieren seguir siendo los protagonistas. Dos escenarios: Madrid y Catalunya, con un denominador común; seguir chupando del bote, aunque para ello tengan un buen número de chaquetas en el armario para ponerse la que mejor convenga en cada momento.
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