El 75% del consumo de recursos naturales tiene lugar en las ciudades
El 75% del consumo de recursos naturales tiene lugar en las ciudades, éstas producen el 50% de los desechos globales, y son responsables entre el 60 y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El 75% del consumo de recursos naturales tiene lugar en las ciudades, éstas producen el 50% de los desechos globales, y son responsables entre el 60 y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Son los síntomas del adictivo modelo económico lineal basado en el fabricar-usar-tirar.
La necesidad de un cambio es cada vez más evidente, y las ciudades no son ajenas a estos efectos, especialmente cuando, según estimaciones de la ONU, el 80% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050.
Es cada día más evidente que la economía circular ofrece la oportunidad de dar respuestas a los desafíos a los que se enfrentan nuestras ciudades, cuestionando y repensando la forma en que usamos los materiales, consumimos los servicios y generamos valor de una manera sostenible y responsable con el Planeta.
En las ciudades es donde se consumen y desperdician la mayoría de los materiales, y donde los edificios, vehículos y productos son usados de una manera abiertamente ineficiente.
POSIBLES SOLUCIONES:
- Eliminar de las ciudades tanto los despercicios como la contaminación
- Mantener los productos y materiales en uso y estos mantuvieran su valor
- Regenerar los sistemas naturales en las ciudades y alrededores
La implementación de una visión en las ciudades basada en el paradigma de la economía circular puede proporcionarnos enormes beneficios en relación a las 3 vertientes de la sostenibilidad: la económica, la social y la medioambiental.
@unplash
Este cambio sustancial podría estimular el surgimiento de una:
- Ciudad próspera, en la cual la productividad económica aumente a través de una menor congestión, de eliminar residuos y de reducir costes, y donde las nuevas oportunidades de crecimiento y de negocios puedan apoyar el desarrollo nuevas oportunidades de trabajo.
- Ciudad habitable, con una mejor calidad de aire y salud urbana, con una reducción en emisiones de carbono y contaminación, y con mejores relaciones sociales;
- Ciudad resiliente, que mantenga los materiales en uso y reduzca las presiones sobre los materiales vírgenes, y que trabaje con capacidad de producción local y distribuida, y que aproveche las nuevas tecnologías habilitadoras digitales.
Es necesario cambiar la manera en que se planifican, diseñan y financian los sistemas urbanos, así como la forma en que se crean, usan y reconvierten.
Esta nueva visión puede ayudar a solucionar las prioridades importantes y urgentes de los gestores municipales relacionadas con la vivienda, la movilidad y el desarrollo económico.
Los gobiernos de las ciudades se encuentran en una posición única en la transición hacia una economía circular, ya que pueden posibilitar, liderar e involucrar a otros actores clave de los sectores público y privado, y utilizar el amplio rango de mecanismos e instrumentos de política que están disponibles, incluyendo todo lo relativo al modelo de ciudad inteligente o smart city.
En última instancia, se trata de una transición colaborativa hacia un futuro de ciudades prósperas que son habitables y resilientes, y que usan materiales y servicios de acuerdo con los principios de la economía circular.
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