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Al calor que estamos sufriendo unos cuantos millones de personas, hay que añadirle, amén de bebidas frías, sombra bajo los árboles y aire acondicionado, una buena dosis de humor, porque amén de todos los efectos que produce los rayos del Rey Sol, seguimos resistiendo los mantras de los indultados del procés. Es un castigo terrenal que dura ya demasiado tiempo. Esta situación no hay mente humana que la resista. Decía Molière que “un tonto ilustrado es más tonto que un tonto ignorante”. El primero representa un peligro para la sociedad, el segundo no.
Los indultados por Sánchez, están de gira de país. La penúltima actuación ha tenido lugar este pasado viernes, en Elna, municipio francés perteneciente a la región del Languedoc-Rosellón. El motivo esgrimido la celebración del 60 aniversario de Ómnium Cultural, de la que es presidente Jordi Cuxart, protagonista del encuentro. Pero no estuvo solo, le acompañaba Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y el mismísimo presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, entre otros que estaban presentes cuando Cuixart dijo “ lo volveremos hacer , lo haremos juntos y lo haremos mejor”. Una declaración que no deja dudas -si es que alguien las tenía- de cuales son sus intenciones de los allí presentes y que de arrepentimiento y vocación de enmienda nada de nada.
Que Catalunya es su cortijo, que la ciudadanía -el resto que no piensan como ellos- les importa tres pepinos y quien no les siga, pues que se vayan a sus pueblos que en Catalunya no pintan nada, perdón sólo para pagar impuestos. Quieren sumisión total, vasallaje y boquita cerrada. Esa es la doctrina que aplican los intolerantes que saben lo que es una cárcel, pero que han gozado en ella- en las catalanas- de unos privilegios que no han tenido el resto de compañeros de recinto, no de celdas porque al parecer estaban cada uno de ellos solitos, sin compañeros molestos.
No se cortan lo más mínimo "los indultados" cuando afirman que “han sido y siguen siendo víctimas de una represión feroz por parte del Estado Español" y según Cuixart el Estado lo hace porque “sabe que les pueden ganar”. ¿Pero con qué? ¿con el supuesto ejercito catalán?. Estas declaraciones tan conciliadoras las hacen dos días antes del 85 aniversario del golpe de Estado del dictador Franco que supuso una guerra civil en la que tantas personas fueron asesinadas, durante y después de la contienda. Los vencedores son los que marcan la pauta y los que están convencidos que pueden decidir sobre la vida y el destino de las personas. ¿Se acuerdan estos iluminados que se llaman políticos, del 18 de julio del 36?. Está claro que no han sufrido en carnes propias la dictadura para que hablen tan alegremente de represión y falta de libertades en un país democrático.
En lugar de asumir sus errores, son víctimas de algo que los psicólogos llaman disonancia cognitiva, algo que se refleja como el “estrés que experimentan las personas cuando tienen dos pensamientos, creencias, opiniones o actitudes contradictorias".
Lo que se necesita ahora son valientes, al menos uno, que sea capaz de decir “nos hemos equivocado y no lo volveremos hacer porque ha sido un desastre para las personas y el país”. Del perdón sabe mucho el autor Tyler Okimoto, investigador y autor de un estudio sobre pedir perdón, que considera el autor que hacerlo no es una debilidad, sino una fortaleza.
Para José Antonio Marina, filosofo, escritor y pedagogo, la inteligencia humana es algo que se cultiva, necesita disponer de información, manejarla bien, gestionar las emociones, y ejercitar las virtudes de la acción: la perseverancia, la flexibilidad, la resistencia a la frustración, la selección con metas alcanzables. Todo eso es la inteligencia según su autor.
Las personas inteligentes saben que sus acciones tienen consecuencias y deben asumirlas. En la vida se aprende a base de probar y de cometer errores.La gente inteligente aprende de ellos.
Después de todo, si las personas no se enfrentan a la realidad y se juzgan con honestidad nunca mejorarán. Al final, como decía la famosa frase de Forrest Gump “Estúpido es el que hace estupideces”. Lo malo es que las estupideces de los “ inteligentes” afectan gravemente a los demás. “Lo volveremos hacer”, y las consecuencias serán que la justicia les volverá a juzgar, así de sencillo. ¿ Que se entiende?
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