Dicen que la falta de experiencia, en cualquier situación de la vida, lleva a cometer errores, nadie nace enseñado, se dice. Lo que significa que, dependiendo de la gravedad del error, se suele perdonar. No obstante, ser joven, y no tener experiencia, no subsana las meteduras de pata. En política, hay demasiados jóvenes - no todos- que se la han planteado como una profesión de por vida y con esa percepción, hacen lo que haga falta para “cumplir” sus aspiraciones.
En ocasiones, por necesidades aritméticas, a la hora de formar gobiernos, se cae en el desliz de pactar con el primer recién llegado con pretensiones, pocos escrúpulos, mal criterio, falta de sensibilidad y pocas dotes para la diplomacia. Este es el caso del vicepresidente de la Junta de Castilla y León Juan García-Gallardo, de Vox. Ninguna experiencia política en sus alforjas, aunque sí en el mundo de la hípica donde ha participado en varios campeonatos como jinete.
Juan García-Gallardo, abogado de profesión y miembro de una familia acomodada, es muy dado a las redes sociales con comentarios contra los extranjeros, colectivos LGTBI+ y el feminismo, es ese tipo de machito ibérico más propio de siglos muy pasados que de ahora . Un fraude a la modernidad, tolerancia y ejemplo de la política. Pues ahí está ocupando un cargo de responsabilidad, en un Gobierno en el que se puede predecir que, si no cambian sus modos, dialéctica y verborrea, puede durar bien poco.
La penúltima actuación del vicepresidente de la Junta ha tenido como escenario las Cortes de Castilla, donde critió la ley del aborto "por triturar niños con discapacidad" y contestó a la procuradora socialista, Noelia Frutos, del PSOE, que va en silla de ruedas:"Le voy a responder como si fuera una persona como todas las demás". Palabras que levantaron las críticas de la mayoría de los presentes y,de partidos, asociaciones y demás.
Las afirmaciones del vicepresidente castellanoleonés han dejado patente el talante del militante de Vox. Que en tan poco tiempo que lleva formando parte del gobierno de coalición con el PP, no deja pasar la ocasión de escandalizar a la ciudadanía.
Aunque en un primer momento, los líderes populares afirmaron no haber escuchado las palabras del vicepresidente, ante el escándalo, no han tenido más remedio que intentar suavizar la situación. El presidente de la Junta de Castilla y León ha pedido perdón a cualquier persona o entidad que se haya podido sentir molesta y ofendida por cualquier cosa que haya hecho el Gobierno.
Mientras, Feijoo intenta pasar de puntillas por la polémica y ha manifestado que las declaraciones le parecen sorprendentes. Mientras, en privado las críticas son feroces Decía Isaac Asimov que “Cuando la estupidez se considera patriotismo, no es seguro ser inteligente”.
La situación creada por García-Gallardo ha puesto de los nervios al presidente Mañueco, que ve cómo el Gobierno compartido con Vox, no ha sido la mejor elección por los problemas que le va a traer el vicepresidente, aunque no le quedaba más remedio -con permisos de los socialistas a los que despreció para el pacto de gobierno- si quería gobernar en la comunidad. Más de uno le habían aconsejado que gobernar con Vox, y especialmente con García-Gallardo, no le iba a resultar fácil como se está apreciando. El poder forma extraños compañeros de cama y en esta ocasión los problemas con el líder castellanoleonés de Vox le van hacer sudar de lo lindo.
Ya lo decía Napoleón, “el estúpido tiene una gran ventaja sobre un hombre de sentido común: siempre está satisfecho consigo mismo”. Al final a Marñueco en la penitencia le irá el castigo.
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