El fútbol femenino se ha ganado a pulso su buena situación actual y que tanto hombre como mujeres se interesen por el balompié y acudan a los estadios para ver como la calidad del mismo ha subido muchos enteros. El fútbol que realizan las jugadoras de ahora no tiene nada que envidiar a los de los de sus colegas masculinos. Su calidad es tal que ha conseguido llenar estadios, cosa que es de celebrar. Llegar a estos niveles profesionales - en lo económicos están aún muy lejos de sus colegas compañeros – ha costado muchos sacrificios. Al final, el esfuerzo y el trabajo tiene su recompensa. España cuenta con grandes equipos femeninos que nada tienen que enviar a los de otros países. Es la tenacidad de las mujeres que se han propuesto, hace unos años, jugar bien, con técnica y preparación física.
La Copa del Rey de fútbol es una de las competiciones históricas, en la que su Majestad preside, y hace entrega del trofeo al ganador del mismo. Es impensable que se juegue una final sin la presencia del Rey. Es normal, lógico y respetuoso para los equipos que disputan la final y significa un apoyo a la competición y al deporte. Nadie duda que eso es así.
En la Copa de la Reina - fútbol femenino- debería ser lo mismo. Es más, se debería poner especial atención en apoyar institucionalmente la competición por el coste que han tenido que pagar las jugadoras hasta llegar a la situación actual. Lo que podría parecer lógico en teoría, la realidad viene a desmontar esta premisa. El pasado 29 de mayo tuvo lugar la final de la Copa de la Reina entre el FC Barcelona y el Sporting Club de Huelva, en el estadio Santo Domingo de Alcorcón, que finalizó con la victoria del Barça por 6-1. Las féminas del Barça consiguieron el trofeo por tercer año.
Mirando el partido por TV, en el palco se pudieron apreciar importantes ausencias: la propia Reina Letizia, el Ministro de Cultura, el secretario de Estado de Deportes; el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luís Rubiales, la alcaldesa de Barcelona y alguno más. Resulta chocante que con el trofeo que lleva el nombre de la Reina, esta no haya estado presente. ¿Habrá que cambiar el nombre de esta competición? Pues igual sí. Nos hemos puesto en contacto con prensa de la Casa Real para preguntar el motivo de la ausencia. Pregunta que nos obligan a realizar por escrito con la respuesta “ya le contestaremos por escrito ”. Pasado siete días, vuelta a llamar y contestan que aún “no tienen la respuesta”. La frase “las cosas de palacio van despacio” se cumple en este caso. Lo que ocurre es que los tiempos y las formas han cambiado, y no está la corona como para no dar explicaciones. Visto el panorama la Casa Real ha tenido siete días para “justificar” su ausencia - debe considerar que no tiene que dar explicaciones- dicho lo cual, no quiero dejar pasar más días para escribir este artículo, para explicar lo inexplicable por mucho que eludan justificar la no presencia de Letizia. ¿Esta es la fórmula para apoyar al deporte femenino? ¿Las futbolistas son de segunda categoría?
Los tiempos han cambiado, nadie ya es intocable y esa nueva campaña de limpiar la imagen de la monarquía no debe aplicarse solo al Rey Felipe, que está trabajando de lo lindo, Hay que “felicitar” a la Reina de profesión anterior periodista que sigue sin entender más de una cosa, entre ellas su obligación de asistir a la final de la Copa de la Reina, que además se jugaba en la Comunidad de Madrid.
Lo mismo ocurre con la alcaldesa de Barcelona, que asiste a otros partidos pero se olvida de estar presente en una competición de un equipo femenino que lleva el nombre de la ciudad de la que es alcaldesa. ¿O la excusa será que ella no quiere saber nada de la monarquía? Se olvida que los equipos hacen deporte, no política, y que le entra en el sueldo estar presente en los actos, aunque no esté de acuerdo. Menos mal que en el partido no faltó el presidente del Barça, Joan Laporta, que disfruto de lo lindo, como casi siempre.
Escribe tu comentario