"Solo el Parlament puede inhabilitar el Gobierno que yo presido", frase pronunciada por el presidente Puigdemont en su discurso institucional con motivo de la Diada de este 11 de septiembre. La frase, según él, la sustentan las leyes ilegales aprobadas con nocturnidad, alevosía y saltándose a toda la oposición que estaba en contra del golpe de estado de la bancada separatista con la complicidad de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que se ha cargado de un plumazo la Constitución y el Estatut y ha puesto al Parlament catalán a la altura del betún amén de deslegitimizarlo.
Puigdemont, el presidente del enfrentamiento social, dice que "las urnas unen, no dividen" y, ¿la bancada independentista también une?, debe ser una broma de esas que solo hace gracia al que la practica.
La palabra libertad, que tanto se viene pronunciando precisamente por los que no la practican, está perdiendo todo su sentido en esta carrera a la confrontación social, donde los medios de comunicación públicos catalanes están haciendo el papel sucio, partidista y de propaganda del régimen totalitario de los llamados "demócratas".
La actividad propagandística de la 'bien pagá' Mònica Terribas o la reinona Rahola se ha intensificado y de qué manera. Están tan fuera de sí, sin atender a las más mínimas normas éticas del periodismo, que no dejan hablar a los que entrevistan o tienen al lado como tertulianos. Son mercenarias al servicio de la causa. Mientras, mi querido Colegio de Periodistas, mira para otro lado haciendo ver que no sucede nada. ¿El que calla otorga? ¡Ah!, le sucede lo mismo al independentista de gemelos de oro, Josep Antich, más conocido como Pepe Antich, ex comunista, ex de Durán Lleida y ahora defensor a ultranza del proceso. Luego hablan de la prensa de Madrid, que son… ¿se han mirado ellos al espejo? Los de Madrid mienten y solo ellos son los auténticos. El resto de los periodistas son unos traidores.
Mientras, el miembro de Terra Lliure, Xavier Vendrell, amenaza a los alcaldes socialistas que no quieran participar en el referéndum. ¿Dónde está la libertad de los alcaldes para decidir, Vendrell? Utilizar la amenaza como arma es inherente a él. ¿Se acuerdan cuando envió una carta a los funcionarios -dice que por equivocación- pidiéndoles el 25% de su suelo?
Esta Diada, como vienen sucediendo en los últimos años, sigue en manos del proceso. Es la Diada de los independentistas, no de todos los catalanes. ¿Dónde están los derechos del resto de los ciudadanos? ¿Secuestrada por una parte de la ciudadanía que habla en nombre de todos?
Catalunya ya no es lo que era y la división social, propiciada por las propias instituciones, va a tener un coste muy elevado, que pagarán los ciudadanos. Ojalá me equivoque.
"La libertad de unos acaba donde empieza la de los demás", premisa que no deberían olvidar nadie.
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