Ginecología del CAP de Cornellà hará un test a sus pacientes para captar el riesgo de sufrir violencia de género
El test ha sido validado en Estados Unidos y se quiere aplicar a medio millar de pacientes en fase de estudio para comprobar su eficacia.
Foto - CCMA
Las consultas de ginecología de los Centros de Atención Primaria del Baix Llobregat, concretamente los de Cornellà de Llobregat, empezarán a aplicar a partir de enero un test breve de dos preguntas a todas las pacientes para captar el riesgo de sufrir violencia de género.
El test, que se ha presentado este pasado viernes ante unos 300 profesionales sanitarios en unas jornadas sobre cómo identificar los casos más escondidos de violencia doméstica, ha sido validado en Estados Unidos y se quiere aplicar a medio millar de pacientes en fase de estudio para comprobar su eficacia.
Según la directora del Servicio de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR) del Baix Llobregat, Maribel Pons, el test debería servir para hacer un primer cribado y, en caso de confirmarse con un segundo test más extenso, derivar el caso a los servicios sociales y jurídicos de cada municipio.
Pons explica que el test ya se ha probado en el servicio de urgencias del Hospital Clínico y en otros territorios del Estado como Madrid y Andalucía, pero que aún no se ha testado en un entorno asistencial ordinario que se donde se podrían detectar los posibles casos de violencia machista en su estado más primario.
Expertos en la cuestión han dado a conocer los mecanismos, programas y circuitos concretos de que disponen los centros públicos para captar mujeres y menores vulnerables de sufrir situaciones de violencia y sensibilizar a los profesionales ante las agresiones de hijos a madres, abuelas y hermanas, o la que se ejerce sobre mujeres embarazadas.
Sobre la violencia filioparental, el psicólogo de la Dirección General de Ejecución Penal en la Comunidad y de Justicia Juvenil, Joan Almirall, explicó que se trata de una violencia que difícilmente aflora pero que cada día es más habitual.
Según datos de la Fiscalía General del Estado, en el conjunto del Estado se detectan anualmente entre 4.000 y 5.000 casos de este tipo de violencia.
Para Almirall, la gran dificultad para hacer aflorar estos casos es, por un lado la vergüenza de muchas familias para reconocer el problema, y, del otro, el intento de resolverlo en el mismo hogar haciendo que cuando llega a un profesional ya esté cronificado y sea difícil de solucionar.
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