Cinco municipios del Baix Llobregat desplegarán un programa para acompañar a personas solas
La finalidad es atender no sólo a gente mayor que vive sola, sino a personas en situación de vulnerabilidad social
Implicar a la comunidad en la detección y el acompañamiento de las personas que padecen soledad no querida o exclusión social, crear vínculos, ayudarles a crear relaciones con otras personas de su entorno. Éste es el espíritu que hay detrás del programa Comunidades contra el aislamiento social, que ha presentado el conseller de Derechos Sociales, Carles Campuzano y Canadés, en Igualada.
La capital de Anoia, junto con Tarragona, son las dos ciudades donde se puso en marcha este programa que ahora se ha extendido a 50 lugares. “El balance de esta primera experiencia es muy positivo en el sentido de que da respuesta a necesidades e inquietudes que tienen ciudadanos de nuestro país. Que moviliza también a voluntariado y al tejido comunitario, un aspecto clave para afrontar este tipo de retos”, ha explicado Campuzano. Los centros cívicos y comunitarios del Departamento son los dinamizadores, pero en coordinación con servicios sociales, de salud, educativos, entidades, farmacias, personas voluntarias, establecimientos, vecindario y otros agentes que puedan actuar en el entorno.
En el caso del Baix Llobregat, los centros incluidos son: Cornellà del Llobregat– Sant Ildefons, Molins de Rei, Sant Boi – Camps Blancs, Sant Vicenç dels Horts y Vallirana.
La finalidad es atender no sólo a gente mayor que vive sola, sino a personas en situación de vulnerabilidad social, de falta de autonomía o de aislamiento social para que consigan una mejor calidad de vida.
Mediante los distintos agentes del barrio, se detectan las situaciones de soledad no querida y el equipo responsable del programa se pone en marcha. Activa a las personas voluntarias para vincular a las personas en riesgo de exclusión a los servicios ya las actividades comunitarias o, según las situaciones detectadas, se derivan los casos a los servicios especializados de salud o de servicios sociales.
Algunas de estas personas se las vincula con el equipamiento cívico de su zona para que puedan participar de las actividades que se organizan. Los centros son espacios socializadores que favorecen la convivencia, la interrelación y la cohesión social. Pero no es siempre así. Lo importante es crear vínculos para que las personas puedan salir de su aislamiento y relacionarse con gente de su entorno.
LA SOLEDAD, UN GRAN RETO
La soledad no querida y el aislamiento social son actualmente realidades desgarradoras en nuestro entorno y afectan a un número significativo de población, por tanto, representan retos sociales de importancia creciente a los que se enfrentan todas las sociedades avanzadas en este siglo XXI y es necesario darle respuesta. Y la solución es potenciar la participación social, porque favorece el sentimiento de pertenencia y la inclusión social.
“El desafío de la soledad no querida no es exclusivo de Cataluña, gobiernos de todo el mundo están planteando soluciones a este reto. Tampoco la padecen sólo las personas mayores, sino que es una pandemia que afecta al conjunto de la sociedad. Debemos movilizar todos los recursos de la sociedad catalana para afrontar este problema”, ha apuntado Campuzano.
Por su parte, el director general de Acción Cívica y Comunitaria, Xavier Godàs, ha explicado que hasta ahora el programa ha llegado a 150 personas, 20 de ellas en Igualada. "La voluntad es que el programa perdure, porque la necesidad está ahí", ha remachado.
DE 4 A 50 CASALES
El programa Comunidades contra el aislamiento social se puso en marcha en Igualada y Tarragona, en un primer momento, y después en Reus y Manresa.
En la capital de Anoia, por ejemplo, se ha trabajado entre otras entidades con la Asociación Asperger Catalunya -mediante los programas de niños y adolescentes-, lo que ha permitido incorporar a tres jóvenes a las actividades propias del casal cívico y comunitario y potenciar así su sentimiento de pertenencia al barrio.
En Reus, gracias al apoyo del Punt de Voluntariat, se ha conseguido que tanto personas mayores como jóvenes sin red de apoyo rompan su aislamiento y se acerquen al equipamiento para conversar con una persona voluntaria, jugar a juegos de mesa o participar en alguna de las actividades semanales que ofrece el equipamiento.
Ante los buenos resultados y la necesidad de atender las situaciones de soledad no querida en todo el país, el programa se ha ampliado a otros 50 casales cívicos. Las localizaciones en el Baix Llobregat son: Cornellà del Llobregat– Sant Ildefons, Molins de Rei, Sant Boi – Camps Blancs, Sant Vicenç dels Horts y Vallirana.
VISITA TERRITORIAL
El consejero Carles Campuzano ha presentado este programa, junto con el director general de Acción Cívica y Comunitaria, Xavier Godàs, en el marco de una visita territorial que ha comenzado en Igualada y terminará en Guissona.
En la capital del Anoia Campuzano ha visitado los pisos con apoyo para la gente mayor Residencial ViuB2. Promovidos por el Consorcio de Salud y Social de Catalunya, se trata de 71 pisos de alquiler individuales y dobles por personas mayores de 60 años. Tanto las viviendas como los espacios comunes están adaptados a sus necesidades, así como los servicios que reciben y la ayuda profesional. Si las personas atendidas en los pisos posteriormente pierden autonomía, se les ofrece continuidad asistencial en otros servicios como ayuda a domicilio, hospital de día, centro de día o residencia.
El consejero también participa en la inauguración de una residencia de la Fundación BonÀrea en Guissona. El centro residencial, que ha recibido una subvención procedente de los fondos Next Generation de 11 millones de euros, dará servicio a las personas mayores y con dependencia de la Segarra y comarcas cercanas. Con capacidad para 242 plazas distribuidas en habitaciones individuales y dobles, la residencia también dispone de espacios comunes, algunos de ellos abiertos a la comunidad.
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