En la madrugada de este jueves a viernes se ha dado el pistoletazo de salida para la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas en algunas comunidades. Aunque la campaña llevaba meses empezada, utilizando los medios de comunicación como tribuna de sus propuestas, o las pullas entre ellos, con el fin de descalificarlos - todos los partidos lo hacen- y conseguir vender sus propuestas: programa electoral que casi nunca se llega a cumplir. También es cierto que si preguntáramos a la ciudadanía si han leído el programa electoral de alguna formación - o al menos del partido al que piensan votar- serían muy pocos los que responderían afirmativamente.
Empieza el circo oficial tenido de fondo conseguir votos, descalificar al contrario, explicar que no pactarán con determinados partidos y, al final, cuando los votos llegan, lo prometido se transforma en “hay que hacerlo por el bien de la ciudad, por los ciudadanos”, como si eso fuera verdad. Como decía el Premio Nobel de Ciencias Económicas, Milton Friedman, “uno de los más grandes errores es juzgar a los políticos y sus programas por sus intenciones, en vez que por sus resultados”.
Unas horas antes de la pegada de carteles, el CIS de Tezanos publicaba la macroencuesta en la que decía que el PSOE volvía a ganar en las municipales y mantendría la presidencia de algunas comunidades que ahora gobierna. Eso sí, con acuerdos con algunos partidos. Eso de las mayorías absolutas parece que han pasado a mejor vida, incluida la Comunidad de Madrid donde Díaz Ayuso cree a pies juntillas que va a conseguir gobernar en solitario, sin VOX, después del posible descalabro de Ciudadanos.
La segunda fuerza en votos es para el PP de Feijóo, que otras encuestas le sitúan en primer lugar.
Otra de plaza importante para los socialistas es Barcelona. Es la baza que quiere jugar Pedro Sánchez en vista de que Madrid está en estos momentos muy cuesta arriba. Tezanos - otras encuestas no- apuntan a la victoria de Ada Colau, empatada técnicamente con el socialista Jaume Collboni, y de tercero a Xavier Trias. Eso de las encuestas es orientativo hasta que no se depositen los votos en las urnas y se cuenten - hay bastante gente que no tiene claro a quién va a votar- las cosas pueden cambiar. ¿El posible triunfo de Colau es una maldad de Tezanos? Pudiera ser, las cocinas de las encuestas tienen una gran despensa donde se colocan los “productos” para condimentar la comida que hay que servir al gran jefe. Sin tener una bola de cristal, Colau no será alcaldesa de Barcelona en el nuevo mandato, por mucho que siga vendiendo lo que no ha hecho.
Hay otras incógnitas en estas elecciones, como el castigo que pueda sufrir Unidas Podemos por la mala gestión de algunas de sus ministras: Belarra y Montero, que tanto han dado que hablar a lo largo de la legislatura. La ley del “solo sí es sí” entre otras, le van a pasar factura, aunque vendan que gracias a estar Unidas Podemos en el Gobierno se ha conseguido más. ¿De verdad?
Para Ciudadanos, visto el panorama en el partido, con desbandadas de cargos hacia el PP - ¿para conseguir seguir viviendo de la política, garantizándoles cargos remunerados?- las cosas pintan mal. Es una pena, se necesita un partido de centro, pero la política y la falta de generosidad de sus dirigentes lo llevarán a un posible final lamentable, doloroso y decepcionante para sus votantes.
Estos comicios se han planteado para los dos grandes partidos, PP y PSOE, como un plebiscito de las generales: quieren saber si a los socialistas no les pasa factura sus pactos con ERC y Bildu, y la aprobación de algunas leyes que han generado controversia y rechazo al gobierno actual. Mientras que el PP, con el liderazgo de Feijóo, en el que se ha depositado la esperanza para derrotar a Sánchez, no acaba de encontrar el sitio idóneo, ni el discurso adecuado que le arrope como un político de Estado. Añadiéndole además que, dependiendo de los resultados, no le quedará más remedio que pactar con Vox, aunque no le guste.
Aún quedan unos cuantos meses para las generales, demasiado tiempo, y las cosas pueden cambiar de un día para otro, eso lo saben los analistas políticos. Por eso extrapolar los resultados de las municipales y autonómicas a unas generales… es como mirar la bola de cristal, y ésta además está muy gastada.
Lo único que sí es cierto es la gente se tiene que preparar para que, hasta el 28 de mayo, todos los esfuerzos de los partidos- gobiernos también- vayan a ir dirigidos a lanzar sus mejores propuestas intentando convencerles de que todo se hace con la participación de la ciudadanía y que además lo hacen para mejor la vida de las personas, que lo llevan claro… Escribía el erudito inglés, Herbert Spencer que “se da por supuesto que el ciudadano dio conformidad a todo lo que su representante pueda hacer cuando lo votó”.
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