Chupa Chups asentada en Sant Esteve Sesrovires evita la insolvencia con una reducción de capital

Chupa Chups, el reconocido fabricante de caramelos con palo, ha llevado a cabo una nueva reducción de capital de 18,5 millones de euros como parte de su estrategia para restaurar el equilibrio patrimonial y evitar la declaración de insolvencia. Este movimiento se ha convertido en una práctica recurrente para la empresa, que ha realizado tres operaciones similares desde 2021, una cada año. La fábrica de caramelos tiene su sede en el municipio de Sant Esteve Sesrovires. 

En las cuentas correspondientes al ejercicio 2022, Chupa Chups ya señalaba la necesidad de llevar a cabo otra reducción de capital para abordar las "dudas significativas" sobre su capacidad para continuar como empresa en funcionamiento. Estas dudas surgieron a raíz de las dificultades para cumplir con los pagos de deuda a corto plazo. Al cierre de 2022, la deuda y las obligaciones a corto plazo de la compañía ascendían a 39,68 millones, con un fondo de maniobra negativo de 3,11 millones.

En lugar de declararse insolvente, la empresa optó por la reducción de capital y el aplazamiento por al menos un año del pago de 12,8 millones a dos compañías vinculadas a los propietarios de Chupa Chups, Perfetti Van Melle. La reducción de capital se destinó íntegramente a compensar una reserva negativa, sin que los propietarios recibieran ninguna remuneración. Aunque esta acción se formalizó el pasado 30 de junio, fue anunciada recientemente en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).

Con este movimiento, el capital social de Chupa Chups se ha fijado en 19,2 millones, corrigiendo el desequilibrio patrimonial observado al cierre de 2022, cuando el patrimonio neto descendió por debajo de las dos terceras partes del capital social.

Chupa Chups ha enfrentado desafíos financieros en los últimos años, reflejados en una serie de reducciones de capital. Aunque logró recuperarse en 2022, registrando un beneficio de 3,3 millones, aún está lejos de las cifras prepandemia. Durante la pandemia, la empresa se endeudó significativamente, casi triplicando su pasivo total, que alcanzó los 54,5 millones en 2022.

Cabe destacar que Chupa Chups cambió de propietario en 2006, cuando la familia del fundador, Enric Bernat, llegó a un acuerdo con la italiana Perfetti Van Melle por alrededor de 400 millones. Este cambio de propiedad se produjo tres años después del fallecimiento de Bernat, quien creó la marca en 1958 y la convirtió en un ícono global.