Por si la política catalana y española no están bastante nutridas de surrealismo, se añade ahora el invento de Tabarnia.
Los constitucionalistas que residimos en Cataluña podemos encontrar razones sobradas para estar orgullosos de la victoria de la formación naranja, y hasta para dejarnos llevar por la euforia y celebrarlo con un buen cava catalán (y por tanto español) estos días.