​Un agosto que no se va a olvidar fácilmente

Que está siendo un verano caliente, a excepción de una buen parte de Galicia donde la lluvia acompaña, nadie lo duda. Cada día estamos sufriendo la gota gorda con unas temperaturas que invitan a darse un chapuzón, varias duchas frías, ponerse debajo del aire acondicionado o empinar el codo para llevar a la sedienta boca alguna bebida fría que mitigue los estragos del sol y cada uno aplica la fórmula que mejor le solucione el problema.

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, está sudando lo suyo para conseguir ser investido y, a continuación, formar un gobierno que le permita cambiar la marcha del coche que lleva ya demasiado tiempo en primera. No se lo ponen fácil a Sánchez, ni la izquierda bolivariana de Iglesias, ni mucho menos la derecha "responsable", que sí se pone de acuerdo por el "interés" de la nación amenazada por las huestes rojas y separatistas que quieren romper la España que tanto le "costó" unir a los Reyes Católicos.

Queda poco tiempo para conocer si las elecciones tienen fecha. Los acontecimientos parecen indicar que eso será así, pero puede suceder que en el último minuto alguien saque de la chistera una carta que dé la vuelta a la situación. Todo es posible, y como en el teatro, hasta es viable que haya un actor que se salte el guión y cambie el final esperado de la obra.

La estrategia del candidato Sánchez, -que dicen que nació con una flor en el culo-, de reunirse, como partido, con los representantes de la sociedad civil ¿estrategia de Redondo? para explicarles en vivo y directo sus propuestas de presidente, o quizás de asegurarse los votos para noviembre, no es buena. Lo que sí valoran es el trabajo que lleva a cabo en pleno mes de agosto. Mientras, sus diferencias con el desaparecido ¿por paternidad? Pablo Iglesias cada vez es más insalvable, aunque siempre está la opción del cambio de líder podemita. Lo mismo piensan el trío de la derecha sobre Pedro Sánchez que, según ellos, debería apartarse para "facilitar" la investidura del nuevo presidente. Es la excusa perfecta que tienen para no abstenerse. El que no se conforma es porque no quiere, dice un refrán popular.

Por su parte, los partidos independentistas catalanes, que andan a la greña entre ellos, ya tienen definidas sus posturas, unos más que otros. Los republicanos que se inclinaban por la abstención, ante la posibilidad de que la sentencia de sus políticos presos sea anterior a las elecciones, muestran sus reticencias; no es una buena situación para ellos. Si la sentencia es más de lo que esperaban, no lo podrían justificar ante sus votantes ¿o sí?

Como el calor sigue, de momento, apretando, agosto seguirá siendo un mes caluroso tanto climatológicamente hablando como en lo político. Así, hay que seguir buscando remedios que nos permitan pasarlo lo mejor posible, sobre todo para aquellos que puedan. Este agosto no se olvidará fácilmente.

Un agosto que no se va a olvidar fácilmente se ha publicado originalmente en Catalunyapress.es