Si se tienen en cuenta los distintos usos del agua en Cataluña, el 70% corresponde al uso agrario y sólo un 30% es de uso urbano e industrial. Por tanto, este 10% de fugas en las redes de distribución representa sólo un 3% de pérdidas de agua respecto al consumo global, de modo que los usos urbanos son los más eficientes de largo.