Entramos ya en el mes de setiembre con la vista puesta, a corto plazo, en la Diada, donde los independentistas, aunque divididos ya, quieren dar otro golpe de efecto en la convocatoria con la que aspiran a igualar o superar a la anterior. Se han apropiado de un acto que, hasta hace muy pocos años, pertenecía a toda la ciudadanía de Catalunya. ¿Gran manifestación de fuerza? Calentando el ambiente, los políticos pro independencia, unos más que otros, no se apean del discurso excluyente.
Los mensajes dirigidos al Estado y al gobierno de España, son como los cohetes de la verbena de Sant Joan, que sirven para distraer a quienes gustan de los fuegos de artificio. Lo malo es, por desgracia, que en ocasiones explota y sale con daños alguna persona ajena a la organización.
Torra, el presidente bicéfalo, aseguraba este sábado, una vez más, que la independencia será “pacifica”; quiere hacer creer que conseguirla es como jugar al Monopoly. ¿Alguien se lo cree? Solo los ilusos, no lo idealistas, están convencidos.
A lo largo de la historia de Europa, las “revoluciones” que se han hecho no han sido pacíficas. Los enfrentamientos, la violencia y finalmente la sangre han sido los auténticos protagonistas. Decir lo contrario es engañar a la ciudadanía que tiene legítimas aspiraciones a otro modelo distinto de país. Hay que explicar a la gente, que eso es así. Y el que piense lo contrario, que deje de creer que llevando un lirio en la mano las cosas se solucionan
“La independencia solo se logra con una guerra de independencia”, decía el catedrático e historiador contemporáneo más importante, Josep Fontana, fallecido recientemente y referente para muchas generaciones, Persona muy pragmática.
El economista, rey de los colorines e independentista exprés, Xavier Sala Martin, nada sospechoso para la mayoría de los independentistas aseguraba que la independencia se consigue a hostias. Su razonamiento visionario va más allá, y en una entrevista llegó a decir que “Tú consigues la independencia a hostias y en 15 días estás en la ONU y todo el mundo lo acepta”. Se nota que su vida diaria transcurre en EEUU y a Catalunya viene a arengar a la gente, hacer programas en TV3, bien pagados por cierto, y a lucir el nuevo modelo de sus chaquetas bicolor.
Los líderes políticos y la ciudadanía en general, no deben dejarse llevar a engaño, no hay independencia sin violencia, ni separación pacifica sin derramamiento de sangre -solo las excepciones confirman la regla-. Así de claro.
Pero ¿quién va a reparar todo este periodo en el que se ha generado, división, desconfianza y hasta odio. ¿A quién se le van a pedir responsabilidades? Seguro que la culpa de todo lo sucedido es de Rita la Cantaora… Como está mandado.
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