El presidente por delegación de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra, presentaba a los medios de comunicación el Plan de Gobierno que teóricamente va a llevar a cabo durante esta legislatura, es decir, en cuatro años. Está convencido, al menos de cara a la galería, de que piensa agotarla. Contradicción, porque a renglón seguido afirma con rotundidad que uno de sus objetivos es la restitución de Puigdemont como presidente, lo que significa que este Plan de Gobierno está bendecido por el de Waterloo.
'De la restitución a la constitución' es el eslogan que gráficamente muestra cuáles son sus prioridades. Torra ha seguido la vía del tren en el que lo han colocado. Se ha puesto las orejeras y no está dispuesto a apearse de la misma, a no ser que el tren descarrile, una situación más que puede darse.
Mientras esto sucedía en el Palau de la Generalitat, en Bruselas, Carles Puigdemont presentaba un libro que viene a ser sus reflexiones de su estancia en la prisión alemana. Todo un alegato a su ego. Está convencido de que la historia lo elevará a la categoría de Julio César, Napoleón o cualquier otro personaje mítico. Está convencido de que esta obra va a ser un libro de cabeza para los millones de personas de dentro y fuera de Catalunya que le siguen. Es un ejemplo a seguir de sacrifico, respeto a las leyes y asumir las consecuencias de saltárselas a la torera y dejar a sus compañeros a los pies de la justicia.
Puigdemont no podía presentar otro día su primera obra maestra, tenía que hacerlo precisamente el día de la presentación del Plan de Govern. El protagonismo mediático se ha de compartir, por si acaso. no vaya a ser, como sucedió con él, que Torra se le suba al flequillo, y piense por sí mismo y decida al final que él es el auténtico presidente de Catalunya.
Mientras, en Madrid, el vicepresidente, Pere Aragonés, negociaba con la ministra de Haciendauna serie de medidas económicas. No se ha ido de vacío. Se ha llevado en su cartera una serie de compromisos económicos que, si no hay cambios, van a cumplir. ERC va a lo práctico y se aleja de discursos dirigidos.
Por la tarde, la tan esperada comparecencia de Manuel Valls, en la que ya ha hecho efectiva su candidatura a la alcaldía de Barcelona.
Ello significa que dentro de la misma puede haber personas que no pertenezcan a ningún partido, nombres conocidos y ex miembros de otras formaciones. Una apuesta muy interesante. El nivel de los candidatos está subiendo, no quieren darle la más mínima posibilidad al recién llegado.
Valls viene con una idea muy clara: desalojar a Ada Colau de la Plaza de Sant Jaume. Para ello cuenta ya con apoyos importantes, algunos de los cuales irá desvelando poco a poco.
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