Noticia de primera plana: El Presidente del Tribunal Supremo pide perdón por el lio de las hipotecas. Hasta ahí perfecto, si se corrige de inmediato la incertidumbre creada a la gente y algún representante del Gobierno socialista que se dice de izquierdas le para los pies al portavoz de la Asociación Española de la Banca Jose Maria Roldán que ha tenido el cuajo de decir que esa sentencia tendría consecuencias para los clientes que pidan una hipoteca. Hombre, Don José, eso ya lo suponíamos los que siempre lo pagamos casi todo, pero que Vd. además lo suelte en público poniendo cara de vinagre como si fuera una amenaza, suena mal y a destiempo. O sea que, Ministra de Hacienda o de Economía, me vale cualquiera de las dos, díganle algo a este sujeto "tan importante" para que no se vaya de rositas.
Y volviendo al ámbito judicial. Valorando satisfactoriamente las disculpas del Presidente Lesmes, hay que pedirle por favor a tan Alto Magistrado que persista en su actitud de autocrítica corporativa y envíe un recado a los Jueces que todavía tienen pendiente sentencia sobre el recurso de los inculpados por los hechos atroces de la violación múltiple del llamado caso de "la Manada", cuyos principales protagonistas están todavía en la calle, ya que los que tienen que enviarles presumiblemente de nuevo a la cárcel, todavía no han resuelto nada definitivo. Y como quiera que el Ejército acaba de expulsar de sus filas al único militar inculpado, pues suena raro que Sus Señorías de Navarra no digan "esta sentencia es mía" después de tanto tiempo.
La cosa o va de eficiencia mínima o de testiculina togada, que viene a ser como una dosis de testarudez corporativa ante los millones de personas, especialmente mujeres, que han mostrado su profunda indignación en las calles y plazas de toda España, en desacuerdo con la primera sentencia y la libertad de unos individuos que, a su sabio entender, mejor están en la cárcel, que robando gafas en unos grandes almacenes o paseando su impunidad a la vista de la gente.
Perdón sí, por supuesto, pero más eficiencia y sensibilidad judicial en sentencias como la de "la Manada", también.
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