Los ideogramas chinos permiten mil y una interpretaciones, por esto resultan tan problemáticas sus traducciones. No obstante, hoy vamos a hablar de un librito chino escrito unos cinco siglos antes de Cristo. Está atribuido a Lao Tse y describe el fondo de la cultura taoísta. Tiene 81 capítulos, todos breves, y se conoce tradicionalmente como 'Tao Te Ching'. O, si se prefiere, 'Dào Dé Jing' (que significa de forma literal: 'La doctrina del Camino y de su virtud'). Voy a emplear aquí la versión de Stephen Mitchell.
A pesar de que Lao Tse diga que las verdaderas palabras parecen paradojas, las cosas que enseña las quiere hacer con simplicidad, paciencia, compasión. Se nos conmina a aceptar que la puerta a toda comprensión está en la oscuridad de oscuridades. Libres de ansía, podemos aceptar el misterio. Si quieres renacer, hay que aceptar morir. Tu plenitud será perfecta si te desprendes de ti. "Sólo siendo vivido por el Tao, puedes ser verdaderamente tú mismo".
Mirad esto, ¿qué os parece?: "Si sobrestimas a los grandes personajes, la gente se torna incapaz"; "cuando te contentes con ser simplemente tú mismo, y no te compares ni compitas, todos te respetarán"; "la marca de un hombre moderado es que no se aferra a sus ideas"; "si comprendes que tienes suficiente, eres auténticamente rico". Y hablando de maestrías: el Maestro tiene, pero no posee; actúa, pero no espera nada. Ve las cosas tal cual son, sin intentar controlarlas. Deja que sigan su propio curso y reside en el centro del círculo. Debido a que con nadie compite, nadie puede competir con él. Puesto que cree en sí mismo, no intenta convencer a nadie. Si quieres gobernar a la gente, debes situarte por debajo de ellos.
Esperanza inteligente: "Lo blando vence a lo duro; lo suave, a lo rígido. Todos saben que esto es verdad, pero pocos lo ponen en práctica". ¿Os han enseñado esto alguna vez, con el ejemplo?
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