La indignación del concejal Anselmo de Viladecans
Tras la lucha por el edificio de vergüenza y la colocación de una placa informativa sobre el barrio de la Taxonera que ha sido atacada, el regidor ha hablado.
Las luchas vecinales, ahora, no están para muchas cosas. Hace pocas fechas, un grupo de vecinos del barrio de Viladecans donde está ubicado el ya famosos edificio de la vergüenza, conocido en su día como el barrio de la Taxonera, iniciaron una lucha para que el famoso edificio, entonces en construcción, no superara las cuatro plantas, como el resto de edificaciones de su entorno. La lucha terminó cuando el edificio estaba para ser habitado, sin tener en cuenta las quejas de los ciudadanos y también cuando había que poner dinero para que un buen abogado pudiera plantarle una demanda al ayuntamiento de izquierdas formado por el PSC e Iniciativa.
En ese momento, ya fuera por no disponer de dinero, unos, y otros, porque no quisieron rascarse el bolsillo, la cosa quedó en agua de borrajas, es decir, dejando la obra “arquitectónica” donde está ahora con sus siete plantas.
Juani, una de las mujeres que estuvo en la primera en la primera línea de las reivindicaciones, nunca se rindió. Realizó gestiones para crear una asociación de vecinos con el nombre de la Taxonera, pero como el ayuntamiento no tiene reconocida la zona como tal, no fue posible. Pero se fue a hablar con el archivero para reconocer de alguna manera la zona. Al final, después de muchos meses, Juani ha conseguido que el ayuntamiento coloque en la zona un atril informativo donde brevemente se explica que aquella zona se llamaba, en su día, la Taxonera. Eso sí, no la avisaron del día en que colocaron el atril, ni tampoco avisaron a los vecinos.
A los pocos días de su colocación, la "placa informativa" fue pintada por algunos energúmenos, o no. Puede que sea el resultado de un "cabreo" de algún vecino que no ha olvidado todavía que el gran monumento sin placa que hay para toda la vida y no ha sido saboteado es el edificio de la vergüenza. Monumento que quedará en el recuerdo de aquellos vecinos que aún tiene eso que se llama dignidad.
Por cierto, el concejal Anselmo, cuando ha tenido noticias del atentado contra la placa, ha dicho "48 horas es lo que han tardado algún incívico en deteriorar el atril donde se expone la historia del barrio. Inaceptable!! Vergonzoso!!! Respeta la ciudad!!". Unas declaraciones que le honran. No estamos de acuerdo con el acto incívico, pero Anselmo y el gobierno municipal deben respetar también los deseos de los ciudadanos, que en su día “deseaban” que el edificio de la vergüenza tuviera solo cuatro plantas. Aquí tampoco se respetó el deseo ciudadano. Perdón Anselmo, pero sí se respetó el deseo del constructor que le era más rentable levantar unas cuantas plantas más, después de la modificación urbanística realizada por el ilustrísimo ayuntamiento de Viladecans.
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