Prisión para tres vecinos de El Prat tras cometer ocho robos con violencia
Los Mossos d'Esquadra conjuntamente con la Policia Local del municipio han realizado estas detenciones durante el pasado mes de agosto.
Los Mossos d'Esquadra conjuntamente con la Policía Local de El Prat de Llobregat han detenido durante el pasado mes de agosto a tres hombres, todos ellos de nacionalidad española, de 38, 31 y 18 años, y vecinos de la localidad, como presuntos autores de ocho robos con violencia e intimidación en la misma ciudad.
Agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana de los Mossos del Prat de Llobregat detuvieron el 24 de agosto a un hombre como presunto autor de un robo con intimidación a una turista, de nacionalidad australiana, a las puertas de la Fundación Catalana Esplai. El arrestado pasó a disposición judicial y el juez instructor decretó su libertad con cargos. Tres días más tarde, los investigadores lo volvieron a detener por cometer presuntamente otro robo violento en una farmacia de la misma ciudad. Fruto de su detención, el juez decretó su ingreso en prisión el 28 de agosto.
Anteriormente, el 31 de julio, la Policía Local de El Prat de Llobregat detuvo a un hombre por haber cometido tres robos con violencia e intimidación en diferentes comercios de la misma ciudad los días previos a su detención. El hombre amenazaba a los trabajadores de los comercios con un cúter y exigía el dinero en efectivo de la caja registradora del establecimiento. Fruto de su detención, el juez decretó su ingreso en prisión el 2 de agosto.
Y al tercer hombre lo detuvo también la Policía Local de El Prat de Llobregat, con motivo de una orden de búsqueda y detención emitida por la Unidad de Investigación de los Mossos de El Prat como resultado de la investigación por la que se le atribuían varios robos con violencia, en el último de los cuales hizo uso de un arma de fuego simulada.
Los robos con violencia realizados por este hombre se caracterizaban por el alto grado de violencia que utilizaba contra las víctimas, a las que abordaba por la espalda y haciendo uso de sprays de defensa personal, defensas extensibles cuchillos o incluso un arma de fuego simulada, las intimidaba y tomaba los objetos de valor y/o dinero.
A menudo las víctimas debían ser atendidas por los servicios médicos de emergencias como resultado del ataque violento del ladrón. El objetivo de sus robos solían ser repartidores de pizza, a los que abordaba tras llamar y hacer pedidos falsas a los establecimientos donde repartían, además de jóvenes que iban solos caminando por la calle. Fruto de su detención, el juez decretó su ingreso en prisión el 11 de agosto.
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